El buen salario y el cómodo entorno laboral y de buen vivir son el escenario para que las almas buenas y cándidas planeen la unión de los seres humanos en torno a formas ideales de vivir, con armonía, en paz, privilegiando a quienes requieren más ayuda para que “nadie se quede atrás”, vivir en el marco de los derechos humanos en el cual todos logren una forma de vida digna en todo aspecto.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe desarrolla la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: oportunidades y desafíos para las personas mayores. Entre los objetivos se citan los relativos a la erradicación del hambre. La meta 2.2 propone poner fin a la malnutrición de las personas de edad. El Objetivo 11 sobre ciudades y asentamientos humanos tiene dos metas, 11.2, sistemas de transporte y 11.7, acceso a zonas verdes y a espacios públicos seguros.
La Agenda 2030 reconoce que se basa en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en los tratados internacionales, y que debe ser implementada con las obligaciones de los Estados e incorpora los siguientes principios: Igualdad y no discriminación: se vincula con el lema de “que nadie quede atrás”. Participación: la Agenda exige la participación de los grupos que han sido dejados atrás, organizaciones de la sociedad civil, el sector académico, instituciones nacionales en la adopción del plan de implementación y de los mecanismos de seguimiento.
Transparencia y acceso a la información: medio para el seguimiento del progreso en la consecución de los Objetivos y las metas. Rendición de cuentas: los Estados rindan cuenta ante la ciudadanía y ante la comunidad internacional con relación a la implementación.
La Agenda 2030 ofrece posibilidades para promover los derechos humanos de las personas mayores. Meta: De aquí a 2030, poner fin a toda forma de malnutrición, logrando a más tardar en 2025 las metas convenidas internacionalmente sobre el retraso del crecimiento y la emaciación de niños menores de 5 años, y abordar las necesidades de nutrición de adolescentes, mujeres embarazadas, lactantes y las personas de edad.
Meta: De aquí a 2030, proporcionar acceso a sistemas de transporte seguros, asequibles, accesibles y sostenibles para todos y mejorar la seguridad vial, en particular mediante la ampliación del transporte público, prestando especial atención a las necesidades de las personas en situación de vulnerabilidad, las mujeres, los niños, las personas con discapacidad y las personas de edad.
Revisemos la realidad en el mundo. 80 personas acumulan la misma riqueza que 3.500 millones de personas. En 2010, se concentraba en 388 personas. Cada vez los ricos son más ricos y los pobres, más pobres. Detrás de Letonia, España es el segundo país más desigual de Europa y en el que el sistema fiscal es menos efectivo en la reducción de la desigualdad. El 1% más rico de la población española concentra más riqueza que el 70% más pobre”.
Hay un aumento descontrolado de la desigualdad que socava la lucha contra la pobreza, además se busca mantenerla. Cada año se destina millones de dólares a la protección de los intereses empresariales. En 2013, el sector financiero dedicó 400 millones de dólares a actividades de grupos de presión en Estados Unidos y 571 millones de dólares a las campañas de los partidos. En Europa, gasta 150 millones de dólares anuales para influir en las instituciones. Esto sucede mientras una de cada nueve personas carece de alimentación y más de mil millones vive con menos de 1.25 dólares al día. La desigualdad en el reparto de la riqueza hace que el 1% de la población mundial, 70 millones de personas estén en condiciones de tener más posesiones que 7 mil millones.
La crisis del virus del Ébola en África recibió tres millones de dólares, en efectivo y productos médicos de las empresas GSK, Johnson and Johnson y Novartis, las que invirtieron 18 millones de dólares en políticos y directivos para favorecer su mercado en Estados Unidos durante 2013.
El aumento de la desigualdad es inevitable, cuestión de: Hacer que los gobiernos trabajen para los ciudadanos y hagan frente a la desigualdad extrema. Fomentar la igualdad económica y los derechos de las mujeres. Pagar a los trabajadores salario digno y reducir la diferencia con la desorbitada remuneración de los directivos. Distribuir la carga fiscal de forma justa y equitativa. Subsanar los vacíos legales en la fiscalidad internacional y las deficiencias en su gobernanza. Lograr servicios públicos gratuitos universales para todas las personas en 2020. Modificar el sistema mundial de investigación y desarrollo y de fijación de precios de los medicamentos para garantizar el acceso de todas las personas. Establecer una base de protección social universal. Destinar la financiación para el desarrollo a la reducción de la desigualdad y la pobreza y fortalecer el pacto entre la ciudadanía y sus gobiernos.