Si buscara la soledad, éste sería un momento perfecto, pero prefiero estar acompañado o al menos, sentirme acompañado en pensamiento; si pudiera escoger el momento apropiado para liberar mi imaginación y echar a correr como nunca lo he hecho y creo que jamás podría hacerlo a mi edad, éste sería el momento; o tal vez me animaría a volar como jamás podría hacerlo, la verdad, ganas no me faltan, pero hay cosas en la vida, que sin poder hacerlas, con el querer podríamos hacerlas de otra manera.
Yo sé que si quiero… puedo, sí, porque además de las ganas de hacerlo, tengo voluntad y tengo vida, y si hablamos de energía, bueno, mientras alimente al cuerpo, de alguna manera tengo que quemarla antes de que me incendie por dentro, porque algo en mí siempre está encendido, siempre hay luz en mi interior, porque no sólo tengo que ver lo de afuera, sino lo de adentro, para no cometer el error de pensar que mi existencia, es sólo una pieza que encaja en el rompecabezas del creador del universo.
Estoy seguro de una cosa, quien ha visto mi espíritu y no sólo mi cuerpo, siempre me tendrá en su memoria, no como la materia inerte, que ocupó un espacio en el entorno donde se mueven los ánimos resplandecientes, que le dan color y viabilidad a la tierra.
¿Que si somos pequeños? De ninguna manera, somos tan grandes como no tienen una idea, porque en ocasiones, ocupamos la mente y el corazón de aquellos que nos aman, y por si esto no nos bastara para sentirnos afortunados, les diré una cosa, todos, absolutamente todos, cabemos en el corazón de quien nos ha creado, todos, absolutamente todos, conformamos el espíritu mayor al que tanto evocamos en los momentos de más necesidad, y que somos escuchados con la primera oración, ya sea solicitando perdón, ya sea misericordia, o la divina presencia de nuestro salvador, cuando nos sentimos amenazados, cuando el temor nos paraliza, cuando nos sentimos aislados, pensando que somos los únicos que percibimos el dolor de todo lo que nos está pasando.
Si buscara la soledad, no podría encontrarla y ¿saben por qué? Pregúntenle al que está en estos momentos a mi lado, y al que me está sonriendo y toca mi hombro para hacerme sentir tan, pero tan afortunado y bendecido. Ahora si me disculpan, pasaré a la mesa, porque Jesús me está invitando.
Correo electrónico:
enfoque_sbc@hotmail.com