Puede ser un dato trivial o puede ser el factor que incline la balanza en la sucesión de la gubernatura de Tamaulipas.

Me refiero a los aspirantes a ese puesto, acunados en el partido Movimiento de Regeneración Nacional. MORENA, como se le conoce.

En una división superficial y ajena a las habilidades o méritos de los contendientes, se podría separar en dos bloques a quienes ya han declarado sus intenciones dentro de esos colores y siglas, de buscar la silla del poder en el 15 Juárez de Ciudad Victoria.

Resumiré en una frase, el escenario para la búsqueda de ese objetivo:
Sesentones contra cuarentones.
¿Qué significa eso?
Hasta ahora y de acuerdo a la encuesta más cercana en ese tema, seis figuras de ese instituto político son quienes tienen mayor nivel de reconocimiento por los tamaulipecos. Aclaro: Reconocimiento en lo que se refiere a su nombre y apellidos, no a sus posibles atributos.

Los expongo en el orden que por supuesta aceptación los cita el sondeo de la empresa Electoralia, practicado en julio de este año:
Américo Villarreal Anaya, Carlos Enrique Cantúrosas, Adrián Oseguera Kernion, Rodolfo González Valderrama, Héctor Garza González y Erasmo González Robledo. El primero –Américo– con el 20 por ciento y el último –Erasmo– muy alejado de las simpatías preelectorales, con un raquitico 3 por ciento.

Pero el quid de estas líneas no es lo que exhibe la encuestadora en porcentajes de aceptación de los protagonistas, sino sus edades.

Como señalé antes, sesentones contra cuarentones.

Curiosamente el sexteto se puede partir en dos. En un lado Américo, Rodolfo González y Héctor González, con 63, 65 y 64 años respectivamente. En otro, Adrián Oseguera, Cantúrosas y Erasmo, con 47, 48 y 49 años, en ese orden.
Y la pregunta surge natural:
Si la edad fuera el fiel de la balanza, ¿Qué preferirá el Gran Elector? ¿La experiencia o la todavía juventud?

Si la vara para medir es la misma que se aplicó en el gabinete federal, donde los años acumulados dominan, como dice la voz popular, no hay pierde. La moneda está entre Américo, Enrique y Héctor.

A menos –y no lo descarte– que el Hacedor de Destinos tenga una carta escondida. Un caballo negro de más edad y suficiente cercanía con Ya Sabe Quien, que hoy mismo podría saltar al ruedo.

No parece haber piso sólido para apostar…

“RESUCITANDO”…
Lo escuché en un taller mecánico.
Ante la insistencia del dueño de un maltrecho vehiculo que se empeñaba en que fuera reparada la unidad, el “maistro” le dijo al cliente: “Es imposible revivir a un muerto”.

Esa percepción era la que prevalecía unos días atrás en Victoria con la limpieza pública. La mayoría de los capitalinos pensaba que a menos de dos meses de terminar la gestión de la alcaldesa Pilar Gómez, en ese lapso ese servicio ya no volvería a operar ni siquiera al 50 por ciento, dado el pésimo estado de los camiones recolectores. Y resultó una grata equivocación.

En la recta final de la administración, el Ayuntamiento logró “revivir” no sólo a un muerto, sino a una larga fila de ellos, al lograr poner otra vez en circulación a las unidades necesarias para cumplir con esa labor, hasta en un 98 por ciento.

Este escenario sería normal al inicio o cuando mucho a la mitad de un mandato, pero lograrlo cuando restan 56 días para concluirlo no es sólo un acierto. Es una hazaña. Pésele a quien le pese…
LA FRASE DEL DÍA
“Incluso un camino sinuoso, difícil, nos puede conducit a la meta si no lo abandonamos hasta el final…”
Paulo Coelho

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