Todas sus biografías dicen que Abel Quezada, el genial caricaturista de Excélsior, nació en Monterrey, pero hubo un tiempo en que los tamaulipecos lo presumimos como paisano, nacido por el rumbo de la zona ribereña. 
Quezada volvió a ser tema del día por aquella famosa caricatura suya de “El Tapado fuma Delicados” (y en efecto, López Mateos quemaba tabaco de esa marca), pues vivimos tiempos de destapes adelantados y alguien lo rememoró con nostalgia. 
En una reciente conferencia de prensa mañanera, el licenciado López Obrador aseguró que ya no existe el tapadismo y que todos los políticos que quieran participar en la sucesión presidencial, tienen derecho (y permiso) de levantar la mano. 
El mismo huésped del Palacio Nacional citó los nombres de los prospectos y produjo un revuelo periodístico porque omitió incluir a Ricardo Monreal Avila, al grado de que algunos detractores lo interpretaron como una maniobra deliberada. 
Otra lacra que va de la mano con el tapadismo, es el dedazo, pues son de la misma naturaleza, y sigue vigente aunque se presuma lo contrario. 
En 1969 iba a ser Gobernador del Estado el Senador Antonio García Rojas, pero las Palabras Mayores fueron pronunciadas a favor del viejito Manuel A. Ravizé, de Tampico, y fue ungido. 
Pero con Enrique Cárdenas González no hubo sorpresa ni sorprendidos, pues hasta se le inventó una Sub-secretaría de Investigación y Ejecución Fiscal, de la Secretaría de Hacienda, para que calentara el brazo. 
Luego llegó Emilio Martínez Manautou, aunque a empujones pues el galeno se hizo el remolón ya que no quería salirse de la Ciudad de México porque implicaría renunciar definitivamente a su sueño de ser Presidente de la República. 
Américo Villarreal Guerra tuvo una postulación escabrosa pues el famoso Meme Garza González, de Reynosa, le movió el piso desde la encumbrada posición que ocupaba en el CEN del PRI, con su amigo Lugo Verduzco. 
Manuel Cavazos Lerma tuvo un destape muy adelantado y estorbó la gestión gubernamental de Américo, con visitas futuristas al Estado que atraían los reflectores. 
El sucesor Tomás Yarrington Ruvalcaba presumía que “les agandallé” la candidatura pues como Secretario gubernamental de Finanzas enviaba cartas personalizadas a los contribuyentes que pagaban sus impuestos. 
O usaba cualquier otro pretexto para hacerse presente en los hogares de los tamaulipecos, una forma subliminal de propaganda. Desbancó fácilmente al delfín cavacista Homar Zamorano. 
Seis años después, Eugenio Hernández Flores nos engañó con la verdad, pues su jefe Yarrington lo puso desde temprano en el camino de la candidatura a su sucesión, como presidente municipal victorense, diputado federal, titular del comité de financiamiento. 
A Egidio Torre Cantú le cayó la candidatura del cielo, pues su hermano Rodolfo ascendió al reino celestial por culpa de balas disparadas por la delincuencia organizada, 
 Cabeza de Vaca va de salida, sin pena ni gloria, y repetirá el número de Egidio, entregando el poder mediante una concertacesión a MORENA, a cambio del borrón y cuenta nueva. Es decir, impunidad, como la que disfruta Egidio. 
Por cierto, amigos de Carlos Cantúrosas Villarreal han salido al paso de los rumores, versiones y trascendidos que presentan la gestación de una candidatura de MORENA para Gobernador, para desmentirla rotundamente. 
Agregan que han surgido algunas encuestas anónimas que presentan a Cantúrosas como uno de los militantes favoritos para la nominación, pero no dejan de ser buenos deseos. 
De hecho, Carlos permanece al margen de estas especulaciones, atendiendo asuntos legales que le merecen toda su atención, dejando para tiempos mejores los temas políticos. 
Los seguidores de Cantúrosas no dejan de echarle porras, pero respetan su decisión personal de mantenerse distante de la cosa pública. 
Saben que tiemblan en el palacio de gobierno victorense ante la posibilidad de ser desplazados en 2022, por MORENA, y les susurran con ironía la vieja estrofa que pide “no se asusten culebras, que no las vengo a matar…” 
Por su parte, el columnista Salvador García Soto publicó en “Serpientes y Escaleras”, de El Universal, la versión de un presunto trato de Cabeza de Vaca con autoridades policiacas estadounidenses. 
Pero el propio Gobernador tamaulipeco emitió inmediatamente un extenso tuit para desmentir que haya hecho un arreglo en el extranjero, para aportar información familiar de López Obrador, a cambio de impunidad para él. 
Sigue amparado Cabeza de Vaca para no ser aprehendido, y otro juez le negó la petición de desbloqueo de sus cuentas bancarias y de sus familiares, porque se presume que es dinero de procedencia ilegal. 
En otros temas, muy lamentable el accidente que sufrió Yahleel Abdalá Carmona en una playa de Oaxaca, donde su propia versión es que una ola la aventó contra una roca y le produjo severas heridas en la cara. Está hospitalizada. 
Yahleel es diputada local, del PRI pero renunció para ser candidata del PAN a presidenta municipal, y fue derrotada. 
Otra mala noticia es que dejó de existir el economista René Juárez Cisneros, coordinador de la bancada del PRI en la cámara de diputados. Tenía apenas 65 años de edad y lo venció el Covid-19. 
Fue Gobernador de Guerrero, presidente nacional del PRI, Senador de la República. 
Cumple años la señora Ana María de Roberto González Barba, en Tampico. 
 
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