En México, la desigualdad es una característica histórica, parece ser natural. Proviene desde la época en la cual las tribus que poblaban nuestro actual territorio buscaban dominar a través de la guerra. Amos y esclavos es la historia escrita en la conquista por España; el México independiente; el México pos revolucionario. En México hay 145 mil personas con patrimonio elevado y 2,540 con patrimonio muy elevado. Los mexicanos millonarios superan el promedio mundial en este rubro. Los últimos cinco años, este sector aumentó en 32% por la inclusión de funcionarios públicos que drenaron el erario.

En 2012, los millonarios mexicanos tenían el 22% de su riqueza fuera del país. En México existen 16 personas con más de mil millones de dólares, 252 individuos con más de 100 millones de dólares y 2,272 con más de dos millones de dólares. El 1.2% de la población, posee 43% de la riqueza total del país. La Ciudad de México es la que alberga a más millonarios y multimillonarios, seguida de Monterrey y Guadalajara.

En México vive el hombre más rico del mundo, Carlos Slim con fortuna de 73 mil millones de dólares que creció al adquirir la empresa telefónica paraestatal en condiciones ventajosas. México alberga alrededor 112 millones de habitantes, de los cuales 52 millones, vive en pobreza. Al gobierno le toca redistribuir la riqueza a través del cobro de impuestos que se traduzcan en servicios priorizando a los desfavorecidos, en lugar de permitir y propiciar la condonación fiscal de los que más ganan.

Un aspecto importante de la jubilación laboral, casi no objeto de comentario es que permite el reemplazo de un trabajador que está en una etapa decreciente de sus funciones por el relevo de una persona en plenitud de capacidades, incluso la de aprendizaje. Es el relevo natural a través de una mecánica establecida para contener el abordaje de los jóvenes para sacar a los más viejos quienes se retiran con dignidad y bajo el amparo de la seguridad social ganada a lo largo de la vida laboral. Este relevo vitaliza las organizaciones, con las excepciones naturales.

En México, quien labora en la burocracia federal bajo el régimen antiguo se aferra al trabajo pues el monto económico de la jubilación representa 50% de su salario. Más difícil es para quienes tienen dos plazas federales el retiro, pues el monto de la jubilación representa máximo el 30% de su ingreso laboral.

México modificó la Ley del IMSS y del ISSSTE en Pensiones pues el monto que representaría en las décadas siguientes significaba para las finanzas públicas un costo enorme, pagable si el Estado Mexicano se condujese de manera decente en el manejo del país, pero aplican al pueblo la ley de Herodes y así la clase política de mando continúa gastando sin control y sin rendición de cuentas. El trabajador perdió su pensión, a cambio ahorra en las AFORES con pago de interés tan bajo que no supera el costo de la inflación y tampoco la tasa de interés bancario que paga por su vivienda. Los sistemas de pensiones se reformaron de un esquema de beneficio definido a uno de contribución definida.

Otro aspecto fundamental es el nivel salarial bajo que prevalece en la mayoría de los mexicanos bajo el régimen del IMSS pues la contribución al sistema de pensiones es demasiado baja para garantizar beneficios pensionarios de más de 50% del salario final. La actual tasa que aporta el trabajador de 6.5% lleva a una tasa de reemplazo jubilatoria de apenas 26%. Una tasa de contribución de 13 a 18% por 40 años, permitiría un reemplazo de 50%.

CFE informó que sus 45 mil 340 jubilados reciben en promedio cada uno, 46 mil pesos mensuales, sin incluir aguinaldo. En Pemex, el jubilado recibe en promedio 14 mil pesos, sin embargo hay jubilados con más de 400 mil pesos al mes.

El monto total de la pensión de un jubilado de un país industrializado a lo largo de su retiro, considerando 15 años de sobrevivencia es un millón 875 mil 500 dólares, reciben al año 125 mil dólares. En México, el ingreso es de 57 mil dólares en 15 años de sobrevivencia; el salario promedio anual es de 3 mil 800 dólares, al mes recibe 316 dólares.

La mitad de los mexicanos mayores de 65 años carece de Seguridad Social; debe seguir laborando para vivir y recurrir al soporte que la familia pueda brindarle, porque el Estado Mexicano los tienen estado de indefensión.