¿A quién le conviene que “El Bronco” se vaya a su casa o retorne a Nuevo León?
Bueno, en mi opinión no es al PRI y a sus aliados.
Es curioso lo que sucede en torno a la figura de Jaime Rodríguez, gobernador con licencia del Estado mencionado y aspirante a ser candidato independiente a la Presidencia de la República.
De repente, el Instituto Estatal Electoral descubrió que al personaje en cuestión no le “cuadran las cifras”. De acuerdo a sus números, el nuevoleonés ha reportado a la fecha ingresos por 620 mil pesos, pero ha entregado cuentas de gastos por 4 millones 149 mil pesos.
Como decían –sabrá Dios por qué– los viejos maestros,: Se sube el cero y no contiene.
Y no contiene, porque de acuerdo a la normatividad, el aspirante que entregue “cuentas mochas” no aparecerá en las boletas electorales. Así de simple.
A reserva de que “El Bronco” empareje o no esas cifras, en el terreno político la víctima de que desapareciera de ese terreno Jaime, sería en mi percepción el Revolucionario Institucional y sus coaligados. ¿Por qué?
Porque Rodríguez Calderón es el único hasta ahora de todos los que suspiran por una candidatura, con partido o sin él, que ha podido poner, para usar el lenguaje del norteño, “a parir cuates” a Andrés Manuel López Obrador. No porque sus señalamientos contra el ex perredista sean un modelo de agudeza o descubran el hilo negro, sino porque el tabasqueño, ya se vio, sufre para responderle.
Como dicen en el rancho, “no le encuentra la hebra”, porque El Peje no sabe atacar si no es con el argumento de la mafia del poder. Y no logra meter en ese corral al todavía –con permiso– mandatario estatal.
¿Y porque sería el PRI y socios los que sufrieran si echan a Jaime Rodríguez?
Porque en el tricolor están convencidos de que el Frente Ciudadano, registrado ante el INE como “Por México al Frente”, es un rival al que pueden vencer, con dificultades pero pueden según sus cálculos hacerlo, pero pasar sobre Andrés Manuel no está en chino. Está en marciano.
Si eliminaran al “regio”, que no es de Monterrey sino de Galeana, el PRI perdería un valioso aliado involuntario para bajarle puntos y votos, sin ensuciarse las manos, al dueño de MORENA.
Y queda claro, en el escenario actual no tienen otro de quien echar mano para ese trabajito…
NO SE PASEN…
No soy profesor, no tengo familiares en ese gremio, aunque sí amigos. Lo único que me mueve en este comentario es una percepción personal, reflejada en una pregunta:
¿Por qué tanto encono, tanta rudeza, tanto odio, contra la ex dirigente del SNTE, Elba Esther Gordillo?
Conforme al juicio que se le siguió, no puedo poner en tela de duda que haya cometido delitos como abuso de sus funciones, evasión fiscal y robo de cuotas de los afiliados al sindicato magisterial, entre otras violaciones a la ley. Son ilícitos graves, no hay manera de maquillarlos, por lo cuales ya ha cumplido parte de su condena.
Pero hasta donde sé, no mandó matar a alguien, no encabezó un cártel, no secuestró, no puso en vilo a un Estado o al país entero. Fue una de tantas figuras del poder que éste uso y sigue usando para mantenerse, como otras más que permanecen enquistados en el Senado o en diputaciones federales, a quienes nadie toca y si los tocan nada sucede.
Vaya, hasta los jefes de grupos criminales gozan de más simpatías que Elba Esther, porque les escriben corridos, les colocan capas de antihéroes populares y les montan exitosas series televisivas. ¿Es más repudiable lo que hizo la señora para tratarla con esa saña?
No. No estoy de acuerdo. Si su prisión domiciliaria es un acuerdo político en las cúpulas merece la condena de todos, pero el linchamiento de la señora, no es precisamente para ganar un premio…
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