Este 20 de mayo, en el marco del DÃa del Psicólogo, Tamaulipas amanece con un llamado urgente: Atender con seriedad la salud mental de nuestros niños y jóvenes.
Esta semana, un elemento de Protección Civil y Bomberos de Victoria evitó una tragedia. Una menor de apenas once años amenazaba con lanzarse desde el techo de una papelerÃa. Trascendió que la niña, originaria de Monterrey, fue rechazada por su tÃa y más tarde por su propia madre al llegar a Ciudad Victoria. La sensación de no tener un lugar donde sentirse querida o escuchada la orilló, según se reportó, a intentar quitarse la vida. Fue gracias a la rápida intervención de los cuerpos de emergencia que hoy podemos hablar de un rescate, no de una pérdida.
Pero no todas las historias terminan asÃ. En 2023, Tamaulipas registró 210 suicidios, el 70% en personas menores de 40 años. A eso se suman 231 intentos de suicidio y al menos 21 casos con ideación suicida que fueron atendidos en hospitales y clÃnicas. Las cifras son frÃas, pero detrás de cada número hay una historia, una ausencia de ayuda a tiempo, un grito en silencio, una necesidad desatendida.
No basta con lamentar. Urge que las polÃticas públicas se alineen con esta realidad: La salud mental no es un lujo ni debe ser una ocurrencia. Es una prioridad.
¿Tienen nuestras escuelas acceso real a apoyo psicológico? La respuesta es no, no la suficiente.
¿Contamos con suficientes centros comunitarios de atención emocional? ¿Se destinan recursos reales para la prevención del suicidio en menores de edad?
Como sociedad, también tenemos que despertar. Abrir los ojos y los oÃdos. No todos los niños piden ayuda con palabras; algunos lo hacen con actitudes, con silencios prolongados o con cambios en su comportamiento. Tenemos que aprender a ver, a escuchar y a actuar. La salud mental importa, y hablar de ella puede salvar vidas.
Que Dios los bendiga, gracias. Leo sus comentarios en mis redes sociales…