Hemos visto algunas noticias relacionadas con el departamento municipal de Tránsito en Victoria, y la verdad es que aspectos que se manejan nos sorprenden gratamente, aunque hay otros aspectos que se deben atender y mejorar, sin duda alguna.
La campaña que han emprendido y que, desgraciadamente no es permanente, respecto a los sitios para personas con discapacidad, entendemos que es urgente, necesaria y un acto de justicia para con nuestros hermanos.
No es posible tener el cerebro tan atrofiado como para pensar que “nomás tantito” no afecta los lineamientos oficiales, y paremos nuestros vetustos o lujosos automóviles en esos sitios, ante la complacencia de una autoridad que no tiene la energía para actuar, sometidos a un influyentismo espantoso y a la facilidad con que gentuza tiene para infringir la ley sin importar las consecuencias, ya que portan vehículos sin placas, son placas sobrepuestas o más, en un alarde de ilegalidad que insulta, ofende y asombra.
Pero dice aquel refrán que no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre, y en este caso queda perfectamente, porque nuestros agentes se dejan intimidar por cualquier patán -o patana- que maneja un automóvil de lujo y les grita hasta de qué se van a morir, y estos, asombrados por tanta palabrería soez, se dejan intimidar y no aplican la ley.
Somos de la idea de que se debe aplicar en forma pareja, sin distingos, tal y como al inicio de su gestión prometió el alcalde de Victoria Xicoténcatl González, aunque para ello hayan pasado ya varias semanas e incumplimientos y abusos de la propia autoridad y sus más cercanos colaboradores.
Podríamos pensar que es injusto que si ellos, los que supuestamente deberían gobernar no cumplen con la ley, no deberíamos hacerlo nosotros, pero caeríamos entonces en un régimen de arbitrariedades y desgobierno mayor al que vivimos, donde la simulación, los trafiques y el mercado de influencias es cotidiano.
Los ciudadanos debemos respetar nuestra ciudad y sus leyes.
En el aspecto de personas con discapacidad, somos del criterio que deben aplicarse, como lo hacen países desarrollados, infracciones mucho muy severas a los que no entienden que los sitios con el logotipo que referimos no son conquistas ni logros, y tampoco recompensas por ser discapacitado, sino un acto solidario de apoyo a quien realmente necesita tener un mayor número de facilidades para conducirse en una ciudad agresiva que tienen mil y una barreras para ellos.
Ajenos a una adecuada autoridad, los agentes de tránsito están tratando de cumplir con esa parte de la ley, lo que se aplaude y exhorta a que lo sigan haciendo, olvidando las amenazas que escuchamos cuando hemos visto estos operativos de “te voy a cesar”, “no sabes con quien te metes” y otras estupideces que suelen decir los prepotentes.
Es hora de hacer que las leyes valgan, porque entonces, si no lo hacemos, caeremos en un estado sin derecho que daña y perjudica enormemente.
Pero los agentes que llevan a cabo estas acciones merecen un reconocimiento; ahora falta que los que se apostan fuera de las escuelas hagan bien su trabajo y nos orienten para que evitemos congestionamientos, y a quien no quiera cumplir con lo dispuesto, que se le infraccione. Finalmente, todos ganamos: los ciudadanos, porque nos enseñarán a poner orden, y el alcalde, porque el único inte´re manifiesto de una autoridad incompetente es juntar dinero para obras ue no se anuncian ni se licitan y se distribuyen entre conocidos, y así, tendrán más dinero, que, sinceramente, esperamos les auditen y pongan en orden.
Urge observar las leyes, el tránsito en la ciudad no es bueno por diversas razones, pero si todos colaboramos, podríamos hacer más habitable la capital tamaulipeca, y en ese sentido, tenemos mucha responsabilidad los que aquí vivimos.
No podemos dejar todo a la autoridad, menos, cuando estamos conscientes de la ineficiencia y falta de inteligencia, talento y honestidad de quienes nos gobiernan, de la sumisión de un Cabildo que no nos ayuda en mucho.
Es aquí donde los ciudadanos tenemos la palabra… y la mano para actuar.

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