“Con la cola entre las patas”, diría el dicho, regresaron los diputados a sus labores legislativas tras un par de semanas de descanso que se auto regalaron con el pretexto de la contingencia sanitaria. Hay actividades que son esenciales y esta, señores, es una labor esencial por lo tanto no debieron haber suspendido sus trabajos.

Las críticas en contra de los representantes sociales no se hicieron esperar, la mayoría de ellos encerraditos cuarenteniando mientras su gente sufriéndole por los efectos de esta pandemia. Ellos son los encargados de hacer las leyes pero no se pudieron poner de acuerdo para aprobar la validez de las sesiones en línea y prefirieron encerrarse en sus lujosos hogares, aunque hay sus excepciones, como la diputada del PRI, Yalheel Abdala a quien durante estas últimas semanas se le ha visto muy activa en Nuevo Laredo atendiendo y sobre todo respondiendo a las inquietudes de quiénes la pusieron en el lugar en el que ahora está, no así la mayoría del resto de sus compañeros.

Y bueno, para no quedar tan mal frente a la opinión pública lo primero que propusieron los panistas fueron reformas a la constitución política local para que la diputación permanente sea la que entre en funciones cuando exista una declaración de contingencia sanitaria o ambiental, para no volver a quedar mal; el líder del rebaño justificó su tardía respuesta con el argumento de que nadie está preparado para enfrentar una situación de esta magnitud.

Por cierto, quienes han quedado muy mal frente a sus representados son los diputados por Victoria, Pilar Gómez y Arturo Soto, sobre todo éste último a quién no se le ha visto por ningún lado.

Que Dios lo bendiga, gracias

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@DenisseRomeroM