Hemos estado tan ocupados pensando en que siempre nos asiste la razón y por nuestra obcecada cerrazón, tardamos mucho es entender, que estuvimos equivocados por una sencilla razón, porque no es lo mismo creer por lo que vemos con los ojos, que lo que vemos con el corazón, pero, para que éste nos obsequie una invaluable lección, necesitamos tener plena conciencia, que por cierto, vale mucho más que lo aprendido con la ciencia, porque ésta, por las prisas de asentar una base absoluta y definitiva, no le hace caso al tiempo que tanto le exige paciencia, para demostrarle, que no todo lo que se concibe como verdad, se puede basar en la ciencia, por resultar con la posteridad ser sólo una referencia, porque todo en la vida puede cambiar.
Qué lecciones nos da Dios en esta vida para situarnos en una triste realidad, pedimos que nos ayude para poder ayudar, y nos cansamos de esperar que nos llegue ayuda material para podernos sacrificar y así atender la necesidad del que sufre de soledad.
Pensemos por un momento, en lo que el Señor nos quiere mostrar, cuando caemos en desgracia por verse afectada nuestra casa por alguna fatalidad, acaso nos aferramos a la idea de estar auxiliando para al enfermo sanar, pero la realidad, es que estamos ante la valiosa oportunidad de podernos salvar.
“Que si vosotros supierais bien lo que significa: Más, quiero la misericordia que no el sacrificio, jamás hubierais condenado a los inocentes” (Mt 12:7)
Ver, escuchar, sentir y amar nos permitirá conocer la verdad, quien está frente la verdad, aceptará con humildad que para agradar a Dios, la entrega será de corazón.

Correo electrónico:
enfoque_sbc@hotmail.com