El penal de Ciudad Victoria es el que mayor problema ha generado a los gobiernos, no tanto por su sobre población, porque eso quedó resuelto tras los traslados de reos concretados años atrás, sino más bien por su autogobierno, una advertencia que hizo en su momento la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

El Secretario de Seguridad Pública “confió” en que con el último traslado de reos peligrosos a otros penales del país quedó resuelto el problema, esto luego de la última riña al interior del penal (la primera de esta administración) que dejó un reo fallecido y varios lesionados; el problema se derivó, según dijeron en su momento, por conflictos entre grupos de poder al interior.

Lo anterior obliga a todos a presionar en la necesidad de continuar con el proyecto de un nuevo penal en Victoria que inició en los tiempos de Geño Hernández y al que nunca se le dio seguimiento. En los tiempos del ex gobernador priista se invirtió una fuerte cantidad de dinero para la ejecución del proyecto mismo que tiene dos administraciones echándose a perder en las orillas de la ciudad.

De no concretarse su reubicación este sexenio podríamos decir entonces que ni el PRI, ni el PAN ni MORENA cumplieron a los victorenses con esto que ha sido un eterno problema en la ciudad con todo lo que implica que el penal con más problemas del estado se encuentre en plena mancha urbana.

El PRI en los tiempos de Geño lo adelantó en su momento pero lo dejó en el olvido cuando Egidio Torre llegó al poder y los problemas de violencia en la entidad se agravaron, mientras que el PAN lo minimizo al utilizar el recurso para mejor construir las “estaciones Tam” en carreteras que lograron recuperar la seguridad en los trayectos de los automovilistas pero a un costo muy alto pues fueron construidas con cantidades infladas y constructores preferidos, según señalaron las nuevas autoridades.

Al ser cuestionado al respecto, el secretario de Seguridad Pública confirmó que su reubicación dependerá de la federación…

Otro tema que también esta en manos de la federación y que ha sido un eterno problema de los victorenses es el del agua. La solución, según dicen todos, es la construcción de la segunda línea del acueducto y aunque esta nueva administración retomó, actualizó y ya canalizó el proyecto a las autoridades competentes ahora se encuentra detenido en la federación que es la responsable de adjudicar los recursos.

Los ojos estaban puestos en Erasmo González Robledo, el tamaulipeco presidente de la comisión de presupuesto del Congreso de la Unión quien podría arrebatar los recursos y cumplirle a los victorenses pero todo parece indicar que el asunto se le va de las manos. Trascendió que la construcción de la segunda línea del acueducto se podría realizar pero bajo el concepto de obra multianual y en partes, dentro del paquete del Gobierno Federal para el año 2023, pero esto aún no es seguro porque el proyecto sigue sin registro.

A resumidas cuentas, será AMLO y sus funcionarios quienes al final decidan si le dan luz verde y apoyan los proyectos planteados por el gobierno de Américo Villarreal o igual que como ocurrió con los sexenios del PRI y el PAN, quedaran en el olvido.

Pendientes.

Que Dios los bendiga, gracias. Leo sus comentarios en mis redes sociales