Lo admito, hasta ayer me cosquilleaban las dudas.

¿Se va a ir realmente Oscar Almaraz del PRI?

Si es así, ¿Lo incluirá el PAN entre sus candidatos en este año?

Las dos preguntas recibieron pronta respuesta. La primera la noche del miércoles y la segunda en la mañana de ayer jueves, en evidente seguimiento de un guión. El clásico primero, segundo y tercer acto. Los expongo:

Primer acto:

Antenoche la carta de renuncia de Oscar dirigida a Alejandro Moreno, presidente del CEN tricolor, alejó la incertidumbre inicial. En ella, la lectura sintetizada es que al no darse en Tamaulipas la alianza del Revolucionario Institucional con otras corrientes y en el ánimo de servir al país, renuncia a su afiliación política “para participar con la mayoría de las fuerzas políticas, sociales y ciudadanas”.

Segundo acto:

El Partido Acción Nacional da a conocer en un comunicado que su dirigente estatal, Luis René Cantú, formuló una invitación al mismo Almaraz para que sea su abanderado en el Distrito V federal, con sede en Victoria, en calidad de candidato externo. Y lo define: “La misión y visión que tenemos en el PAN Tamaulipas comulga con los ideales que él tiene para contribuir a fortalecer la grandeza de nuestro Estado”.

¿Y el tercer acto?

La positiva culminación que en la teoría vislumbra el panismo no será como dicen los españoles, miel sobre hojuelas, y está encaminado a ser uno de los escenarios más complicados que ha enfrentado Oscar en su vida política.

Para cualquier aspìrante, ganar esa diputación federal no está, como dice la voz popular, en chino. Está en marciano, venusino o algún otro posible lenguaje interestelar. Así de difícil será entenderlo. Le diré el porqué de esta apreciación.

Frente a Almaraz estará por el PRI un viejo conocido y ex compañero de andanzas: Enrique Cárdenas del Avellano. Un consumado lobo de mar y soldado, -igual que Oscar- de mil batallas. Nada tienen que contarse entre ellos y cada paso que de uno u otro lo conocerán de antemano para anularse o por lo menos reducir sus expectativas. Antes como aliados, ahora como rivales, será interesante confrontar el aterciopelado manejo de Almaraz frente al belicoso estilo “entrón” de Cárdenas. Un entorno no apto para apostadores.

Los problemas de Oscar para quedarse con esa curul no terminan allí. El otro adversario de polendas, que podría ser Felipe Garza Narváez por MORENA, es un gallo curtido y triunfador en tres palenques electorales locales. Pocos en este Distrito se pueden equiparar a Felipe en su nivel de popularidad en ese territorio, recorrido por él docenas de veces como candidato, como legislador y como funcionario público. El médico es en la opinión de su servidor, tal vez el único político tamaulipeco que en lugar de recibir un favor electoral de Regeneración Nacional, él se lo haría a ese partido al allegarle su capacidad de convocatoria a las urnas. Craso error morenista sería no ungirlo a él como su candidato.

Con un panorama así, con la certeza de que Oscar sabe perfectamente que puede volver a probar el sabor de la derrota, la pregunta final es obligada:

¿Qué fue realmente lo que le convenció de abandonar el lugar de privilegio que tenía legítimamente ganado en el PRI, para pasar a ser un invitado de ocasión -y no bien visto por todos- en la familia panista?

Teorías sobre las posibles respuestas abundan. Más adelante abordaré, si me permite, algunas de ellas.

Mientras tanto, suerte para todos…

MAX Y UNA REUNIÓN EN LOS PINOS

Conocí a Maximilano Cortazar hace ya un buen tiempo. El seguramente no tiene ni la menor idea o el mínimo recuerdo.

Corría el 2009. El entonces Coordinador de Comunicación Social del gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa, citó a sus homólogos de los estados para organizar una agenda común en el tema de la entonces temida epidemia de la Influenza, la H1N1, la misma que hoy parece hermana de la caridad.

La reunión se llevó a cabo en un salón de Los Pinos y asistí en representación de Tamaulipas. Fue un buen intercambio de ideas y acciones, en el que esperaba ver en Max, como le llaman sus cercanos, a un altivo fncionario “super star” y me encontré con un amable y sencillo compañero de trabajo, dispuesto a escuchar y aceptar propuestas.

Al margen de cuestiones políticas, es un acierto del Gobierno del Estado incluirlo en su staff. Pronto, con seguridad, se verán los buenos resultados…

Twitter: @LABERINTOS_HOY