¿Tenemos los tamaulipecos paisanos en el Congreso de la Unión?

¿Tiene Tamaulipas representantes en la Cámara de Diputados y en la de Senadores?

No es una pregunta estúpida, aunque así lo parezca, sino un intento de sacudir las conciencias de quienes ocupan una curul o un escaño con el escudo de nuestro Estado en sus oficinas, con relación a los brutales escenarios de violencia que están sufriendo Reynosa y Río Bravo.

Hasta ahora, sólo he visto, escuchado y leído las palabras del diputado federal Edgar Melhem Salinas en ese sentido. Hasta ahora, es el único legislador tamaulipeco de ese rango que ha tenido los arrestos para plantar su nombre y fotografía en todos los escenarios, incluidas las redes sociales, para exigir que las autoridades estatales y federales dejen de mirar a la luna y hagan lo necesario para detener ese drama.

No lo entiendo.

No comprendo por qué –es la explicación que encuentro– el resto de los legisladores federales puedan concebir que la sangre y fuego que domina a la frontera no pueda alcanzar a las comunidades que los eligieron.

No sé si estas damas y caballeros, tan seguros y protegidos en sus recintos, estén esperando que suceda lo mismo que aflige al norte en sus respectivos distritos, para actuar y demandar en bloque a todos los gobiernos involucrados en el tema, como debería ser, como todos esperamos que así sea, que hagan algo, no que finjan hacer algo.

¿Dónde está Miguel González Salum?… dónde está Mercedes del Carmen Guillén?… ¿Dónde está Monserrat Arcos?… ¿y Baltazar Hinojosa?…¿y Elba Valles?… y Rafael Méndez, Esdras Romero o Alejandro Guevara?… y ya no sigo nombrando a más porque no me gusta practicar el masoquismo.

Parodiando a Carlos Salinas de Gortari, no los veo ni los oigo en estos momentos aciagos, cuando los hermanos fronterizos y muchos más en todo Tamaulipas necesitamos el apoyo y trabajo de esos hombres y mujeres.

Desde este espacio un modesto reconocimiento a Edgar Melhem.

De lo que suceda, por lo menos puede y podrá decir a propios y extraños que levantó la voz a tiempo…

CC

¿No se cansan de lo mismo?

Día tras día, semana tras semana y ya año tras año, la ridiculización del Presidente Enrique Peña Nieto es una práctica que se ha convertido en sistemática, la cual a fuerza de ser tan recurrente ha perdido el valor de una crítica razonada o la chispa de un comentario jocoso y ha terminado, especialmente en las redes sociales, en un ejercicio degradante para quien lo recibe como para quien lo crea o envía.

No es mi intención defender a Peña Nieto porque se ha ganado a pulso muchos de los señalamientos enderezados en su contra, ni tampoco es mi propósito restar validez a las manifestaciones en esos medios, pero en la percepción –que a pocos importa– de este servidor, el atacar de esa manera a la figura presidencial huele más a desahogo fla

Nada de lo que dice está bien, nada de lo que hace es correcto, parece ser la regla con la que se mide a quien eligieron casi 20 millones de mexicanos. En verdad no es sano este radicalismo como tampoco lo es el entreguismo. Todo en la vida funciona por el equilibrio y cuando éste no aparece, surge el fundamentalismo. Ya está sucediendo en muchos aspectos en las redes.

Y mejor me detengo aquí. Para no herir susceptibilidades. Al fin y al cabo, este escrito también terminará en la gaveta de los desahogos…

LA FRASE DEL DÍA

“Todos los que parecen estúpidos, lo son. Y además también lo son la mitad de los que no lo parecen…”

– Francisco de Quevedo

Twitter: @LABERINTOS HOY