Practicar ejercicio físico de forma regular, no fumar, evitar el uso nocivo del alcohol, controlar el peso corporal, seguir una dieta sana y mantener la presión arterial, el azúcar en sangre y el colesterol en niveles adecuados, son directrices publicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para reducir el riesgo de padecer demencia o deterioro cognitivo.
Se calcula que en los próximos 30 años se triplicará el número de personas que padecen demencia. La información científica obtenida para la elaboración de esas directrices confirma, lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro.
Estas directrices sirven de guía a gobiernos y Administraciones encargadas de la formulación de políticas y a las autoridades a la hora de planificar la elaboración de políticas y programas para fomentar modos de vida sanos. La reducción de los factores de riesgo es una de las diversas esferas del plan de acción mundial de la OMS sobre la respuesta la demencia. Otras, son el fortalecimiento de los sistemas de información sobre demencia, el diagnóstico, el tratamiento y el cuidado, el apoyo a los cuidadores de personas que padecen demencia y la innovación.
Observatorio Mundial de las Demencias OMS; creado en 2017 es una plataforma de información sobre actividades y recursos de los países para combatir la demencia; planes nacionales, iniciativas para personas con demencia, campañas de sensibilización y servicios de atención. Un elemento fundamental en cada plan nacional para la demencia es el apoyo a los cuidadores de las personas con esa enfermedad. Muy a menudo, los cuidadores de las personas con demencia suelen ser familiares que necesitan hacer cambios importantes en su vida privada y laboral para poder cuidar a esos seres querido, razón por la que la OMS creó iSupport, un programa de formación en línea para cuidadores de personas con demencia con consejos sobre la gestión general de las tareas de cuidados, la forma de actuar ante cambios en el comportamiento de los pacientes y el modo en que cuidar de su propia salud. Se utiliza actualmente en ocho países y está en expansión.
La demencia es una enfermedad que se caracteriza por deterioro cognitivo superior al esperado por un envejecimiento normal. Afecta a la memoria, al lenguaje, al sentido de orientación y a la capacidad de comprensión, de razonamiento, de juicio, de cálculo y de aprendizaje, y se produce como resultado de una serie de enfermedades y lesiones que afectan al cerebro, como la enfermedad de Alzheimer o los accidentes cerebrovasculares.
Desde la OMS se advierte que la demencia es un problema de salud pública en rápido crecimiento, que afecta a 50 millones de personas en el mundo. Se producen 10 millones de nuevos casos cada año y es causa importante de discapacidad y dependencia entre la persona mayor. Es una carga económica elevada para toda la sociedad: se calcula que los costos vinculados al cuidado de las personas con demencia alcanzarán los US$ 2 mil millones anuales en 2030.
La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores. La Enfermedad de Alzheimer la forma más extendida de demencia (70%) y su impacto en cuidadores, familia y sociedad afecta las esferas física, psicológica, social y económica.
En la sociedad en general falta concienciación y comprensión hacia las personas que sufren demencia, que son víctimas de estigmatización, lo que representa un obstáculo añadido para que acudan a los servicios de diagnóstico y atención.