Hace algunos ayeres un personaje de la prensa capitalina, cincuentón, acudía a Ciudad Victoria en compañía de jóvenes damas. De manera elocuente decía; nunca me falta compañía, pues siempre les doy, asco y dinero. Asco nos dan los políticos; el dinero los políticos se lo robaron de manera cínica, impune, provocando grave daño social al país y a Tamaulipas al dar un pésimo ejemplo a las generaciones de jóvenes y adultos jóvenes al mostrar que es posible sin carrera política llegar a ser gobernador; ser rata, vivir bajo el influjo de sustancias tóxicas de uso ilegal, tener cómplices millonarios, gozar de los placeres de la vida sin límite y de manera cínica y con impunidad, de toda la enorme riqueza de la que se apropiaron de manera ilícita. Las listas de empresas en complicidad para robar a través de contratos y asignaciones con el Estado Mexicano con burdas mecánicas constituyen una ofensa, una burla más al ciudadano; son la expresión de un absolutismo; yo soy el dueño de la riqueza nacional, la manejo como yo quiera, sin leyes, sin normatividad, sin castigo.

A nueve meses de la elección presidencial aún no ven la luz los candidatos. De ahora en adelante será parto prematuro, situación que puede complicar el parto electoral y convertirlo en cesárea por complicaciones como la caída del sistema o la toma de poder por Calderón. El firme es el profesional de la mentira política, López Obrador, quien en Tamaulipas encontró priistas que renunciaron a su partido luego de que por decenas de años el PRI les procuró trabajo y riqueza. Estos son los políticos que cobija y se cobijan en el pinocho nacional.

La política hace décadas es muy mal vista, situación que se agudizó este siglo gracias a quienes se encargan de ponerla en práctica o por dejar de hacerlo. Por las ratas de cuatro patas metidas a políticos hay un hartazgo social hacia todo lo que tiene relación con partidos y políticos, y con justa razón, pues luego de décadas sin los problemas que aquejan a la sociedad sin resolver y en cambio sacan enorme beneficio para ellos al tener el cargo de políticos. La sociedad está harta de esta situación y ora por la desaparición de los partidos.

El desprestigio que la política vive, obliga a los partidos a desnudar al rival y al mismo compañero de partido señalándole de corrupto. Peña Nieto trata de engañar a México al exhibir en la cárcel a ex gobernadores, sin embargo sus fortunas y sus cómplices están indemnes. A estos pillos, ahora bajo juicio les irá mejor pues saldrán de la cárcel limpios; lavaron su dinero y su estatus jurídico.

La política es una actividad apestada. La gran mayoría de mexicanos siente desprecio por la política cuando debe sentir repudio por aquellos que usan la política en su beneficio en lugar de usarla para procurar soluciones a los problemas sociales. La solución a los problemas son política y democracia. Ambos exigen partidos, pero no los que tenemos, no la banda organizada del crimen interesada en sus ventajas. Los avances que tiene México no son obra de los gobernantes, sino de ciudadanos emprendedores están dispuestos a invertir su tiempo y su dinero en el país a pesar de la patética clase política que padecemos. La razón, es el despilfarro que han hecho los partidos de los recursos, la forma en que los trataron como si fuera su dinero, sin transparencia ni rendición de cuentas.

La desgracia ocasionada por el sismo del 19 de septiembre inicia la etapa de reconstrucción. 37 mil 500 millones de pesos del Fondo de Desastres es una mínima parte de lo destinado para el sector público para 2018, poco más de 5 billones de pesos. Millones de dólares gobiernos extranjeros, sectores sociales y figuras han donado a México para las personas damnificadas. ¿A cuánto asciende ese monto? ¿Cómo será usado? ¿Será el sismo otro pretexto para el gasto infame por el Estado Mexicano y sus cómplices?