Con certeza Yalheel Abdalá no es, ni remotamente, una varita mágica para el Partido Revolucionario Institucional en cuanto a su objetivo en Tamaulipas de reducir al menos en parte sus heridas electorales.
La verdad es que sus pasivos políticos son menores que sus activos, pero en la decisión del mando nacional de designarla a ella Presidente del organismo en esta geografía, queda claro que no dominó el elegir a la mejor opción, sino a la menos mala. Lamentable pero evidente.
En este escenario tan complicado para el tricolor del Estado, una pregunta parece surgir de forma natural:
¿Cuánto durará en esta encomienda la fallida candidata al Senado?
Bueno, me atrevo a aventurar una conjetura, que tiene su raíz en un nombre: Pedro Luis Coronado Ayarzagoitia, conocido entre sus amigos y cercanos como “Peluco”, por las primeras sílabas de sus nombres y primer apellido.
“Peluco” acaba de ser ungido como Secretario General de la CNOP en la estructura priísta estatal, precisamente el sector que en las últimas décadas acumuló en esa nomenclatura casi todo el poder político tricolor –que hasta hace poco era lo mismo que el nacional– tras el desplome de los cacicazgos obreros y campesinos.
Tal vez a algunos no les diga nada este nombre, pero en los entretelones de los sobrevivientes del PRI tamaulipeco, Pedro Luis está cobijado por la mayoría de los clanes que aún conservan buena parte del control en la militancia de ese partido. Desde Edgar Melhem hasta Oscar Luebbert; desde Baltazar Hinojosa hasta Miguel González Salum o desde Enrique Cárdenas hasta Paloma Guillén, por citar sólo algunos nombres en los que se incluye la propia Yalhell, la gran mayoría de esas pequeñas o grandes parcelas de poder ven en “Peluco” una figura que puede crecer y a la cual impulsar.
Tómelo como un desvarío o como una intentona de reflexión, pero en la opinión de su servidor la Confederación Nacional de Organizaciones Populares o el nombre que se les ocurra para ese sector, será la que marque la agenda del PRI en Tamaulipas en el ya inminente proceso electoral de 2019. Si su dirigente se mantiene en segunda fila o si lo mandan a corto plazo al primer frente sería simple protocolo, porque detrás de él o a un lado de él, están y estarán casi todos los nombres que acaba de leer.
Y se lo aseguro, aún están bastante vivos…

DOS PREGUNTAS
En el mismo tema electoral, el Partido Acción Nacional vive también en Tamaulipas una etapa truculenta por los intereses cruzados que se registran en sus cuadros de mando y en sus figuras públicas.
Parece lejos y está lejos, pero la distancia que aún resta por recorrer para la sucesión sexenal en el Estado no parece arredrar en nada a quienes dentro de esos colores ya mueven sus fichas y preparan estrategias rumbo a la joya de la corona estatal.
Un ejemplo claro es el que tiene como sede a Reynosa.
La presidente municipal, Maki Ortiz Domínguez, ha diseñado un programa de trabajo que de acuerdo a sus cercanos la pondría en los cuernos de la luna en lo que a jugar por la candidatura panista se refiere. No serán tres años de administración municipal, dicen, serán dos años y medio de una campaña soterrada rumbo al Palacio del 15 Juárez en Victoria.
Así que se valen dos preguntas. La primera:
¿Demasiada anticipación?
No lo creo, dados los movimientos que ya realizan otras figuras de su propio partido y de su adversario potencial más peligroso, MORENA.
¿Tiene posibilidades de éxito?
Desde luego que sí. Tras bambalinas el viejo y poderoso equipo calderonista y sobre todo Margarita Zavala, la ve como una punta de lanza de ese coto en estas latitudes. Juzgue usted si tiene esperanzas o no…

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