Más allá de la renovación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, exportadores de uno de los productos mexicanos con mayor aceptación en los mercados internacionales del aguacate mexicano, temen que Estados Unidos aplique una “guerra” arancelaria contra la exportación de este producto.
Y no es para menos, ya que cada año se exportan a los estados de la Unión Americana un promedio de 800 mil toneladas de la producción de aguacate en tierras michoacanas. Donde se producen más de un millón de toneladas.
Es motivo de preocupación ante una inminente “guerra arancelaria” de parte de la administración del magnate, quien ha demostrado tener ciertas fijaciones contra los productos que exportan los países latinoamericanos hacia el territorio yanqui.
Aunque la exportación de aguacate no es exclusiva hacia los mercados de Estados Unidos. Tampoco hay un equilibrio con las exportaciones de este producto a otras regiones del mundo.
En ese orden tenemos que Estados Unidos ocupa el primer sitio en importaciones de aguacate y no hay margen de comparación con otras regiones como Japón a donde las exportaciones son del orden de las 40 mil toneladas anuales, lo mismo que a Canadá. Mientras que a los países europeos las exportaciones oscilan entre las 20 y 30 mil toneladas. En tanto, que a países como China se exportan no más de 10 mil toneladas.
Durante el 2016 la producción de aguacate michoacano alcanzó una volumen de producción del orden de un millón 300 mil toneladas. Para el 2017 se estima que la producción podría llegar a un millón 100 mil toneladas, una volumen ligeramente abajo al del año anterior.
El pánico de una guerra arancelaria del gobierno de Donald Trump, no solo tiene en un vilo a los aguacateros mexicanos, sino a los exportadores de otros productos como el azúcar, el ganado en pie y otros miles de conceptos que los productores nacionales exportan a ese país.
Es parte de lo que otros países que tienen trato comercial con Estados Unidos han definido como el acotamiento del mercado anglosajón. Y aunque es parte de las prácticas proteccionistas de la nueva política económica de ese país, deja mal posicionados a los productores que durante las últimas décadas, con sus exportaciones han consolidado la autonomía alimentaria de esa nación.
El aguacate es uno de tantos productos agropecuarios que se producen en México y que ocupan un sitio privilegiado en los mercados de ese país. Lo mismo que la carne mexicana, que ciertamente no se compara con el volumen de la carne que ingresa de Brasil a los mercados anglosajones, la relevancia del ganado en pie que ingresa México es de peculiar importancia para los productores texanos, por el valor agregado que representa el ganado en pie.
Otros productos regionales que han encontrado aceptación y demanda en los mercados gringos es precisamente los jugos concentrados que se producen en Tamaulipas y ante los cuales no oponen resistencia, debido a que se exportan envasados y no como fruta fresca.
Pero los productores no están lejos de exportaciones a granel como sucede con el aguacate, sobre todo, porque las principales plagas y enfermedades de los cítricos han contaminado en los últimos años la región de la Florida, zona donde los productores norteamericanos establecieron una severa vigilancia, pero no obstante a eso fue vulnerada.