Este inicio de semana las lluvias desquiciaron el municipio de Enrique Rivas pues Nuevo Laredo fue el más “afectado” con inundaciones, encharcamientos y socavones. Y es que aunque a Tamaulipas le urge una fuerte cantidad de precipitaciones para mitigar la seria sequía que se registra desde hace meses, las lluviecitas se convierten en problemas cuando las obras no están bien trazadas.
Fue así que al menos dos socavones de enormes dimensiones afectaron a los habitantes de esta ciudad fronteriza en plena zona centro; uno de ellos casi traga a un vehículo estacionado. Al menos 6 familias fueron desalojadas de sus viviendas para evitar problemas futuros y más de 40 personas permanecían albergadas, en su mayoría indigentes.
El tema de los socavones no es nuevo, en su mayoría se presentan en obras mal hechas o desgastadas de los organismos operadores del agua, llámese COMAPA o en el caso de Matamoros, la JAD. Los gerentes de estas paramunicipales, mismos que no se mandan solos, tienen mucha responsabilidad en las negligencias que luego se presentan en los municipios, junto a los alcaldes que están obligados a supervisar su labor.
Lamentablemente estos organismos tienen un largo historial de negligencias que han dejado pasar los titulares municipales mismos que a la larga se hacen evidentes como en el caso de los hundimientos, que dicho sea de paso se han registrado este año no sólo en Nuevo Laredo sino también en Reynosa y Victoria.
En Victoria, la COMAPA ya es famosa por sus faltas, principalmente la manera política en la que se cree estuvo siendo repartida el agua en pipas ante la escasez del vital líquido y la falta de respuesta oportuna a las demandas. El área de oportunidad es tal que políticos vivales se han aprovechado de la desesperación de la gente para hacerse notar, en medio de un proceso electoral local que acaba de iniciar.
El regidor Marte Alejandro es sólo un ejemplo de vividor capitalista pues agarró de bandera política el tema y mandó incluso a bloquear una de las principales avenidas a sabiendas que la solución involucraba plazos legales; pero no es el único capitalino.
Mario Ramos, representante del extinto partido Movimiento Ciudadano hizo lo mismo este inicio de semana, cerca de 500 familias se vieron beneficiadas con la entrega de garrafones con el compromiso de que ayudaría a etiquetar recursos federales para resolver el problema a sabiendas que existe todo un proyecto de infraestructura al que le tienen que dar seguimiento.
El gobierno del Estado, por su parte hizo lo mismo pero a través de la CEAT, organismo que apoyará, pero sólo con pipas a los sectores en donde no ha llegado el vital líquido.
Por otro lado, el alcalde electo, Xicoténcatl González Uresti, a quien no se le ha visto en campo tratando de solucionar el problema se limitó a escribir en sus redes sociales “el agua limpia purifica, es señal de nuevos comienzos; tomó la lluvia como un buen augurio del cambio que viene en nuestra Ciudad Victoria” y tan tan… como si con buenos augurios se resolviera el problema.
Lo que los señores no han querido dar a conocer es que existe una real solución para acabar con el problema de desabasto de agua potable que viene acompañado de una fuerte inyección de recursos y ésta no se llama “lluvia”, sino “segunda línea del acueducto”.
Lo han explicado mil y unas veces, agua sí hay, las presas tienen buenos niveles de captación, el problema está en que la única línea que conduce el agua a la ciudad no es suficiente para abastecer a la población por lo que se hace urgente se concrete la obra de la segunda línea del acueducto que involucra a autoridades federales, estatales y municipales.
Los responsables de solucionar el problema de falta de agua en Victoria emanan de las filas de MORENA y PAN y sus puestos están en San Lázaro y el Gobierno del Estado.
Que Dios lo bendiga, gracias
Comentariodenisse,@gmail.com