Darío, rey de la antigua y poderosa Persia formó un ejército con los pueblos que conquistó y mercenarios puestos a morir por buena paga. Darío era dios para su pueblo y exigía de los demás pueblos adoración y sumisión absoluta, quien así no lo hacía, era aniquilado por el ejército de Darío.
En Grecia, por decenas de años los reinados buscaron supremacía y expandir su reinado, lo que permitió que Persia los invadiera aprovechando la fractura rival. En Grecia la formación del ejército era sobre la base de disciplina cabal; lealtad al rey y al pueblo, y emular hazañas de héroes míticos, lo que daba a estos ejércitos cohesión formidable. Alejandro Magno creció y se formó soldado con jóvenes de su edad, surgidos como él de la nobleza a los que se sumaba jóvenes del pueblo. Al asumir Alejandro el reinado tenía generales leales y fieles. Era una hermandad que comandaba a miles de leales y valerosos soldados.
La mayoría de los ejércitos que triunfan son cuerpos de élite que obedecen a estructura social tradicional, defensora de intereses establecidos. Para defender Francia en la Primera y Segunda guerra mundial, los generales de sus batallones habían surgido de escuelas militares para hijos de importantes y de sus similares de las colonias sometidas. El personal de tropa obedecía no tanto por disciplina, sino por reacción lógica a mando apoyado en linaje probado en la milicia, como Charles de Gaulle, que había sufrido en la primera guerra.
En México, la obediencia y disciplina en el Ejército no se inspira en concepto de clase. Su estructura es un diseño vertical, jerárquico, de mando y obediencia, similar al dominio que sustenta al presidencialismo, que hoy se rinde al olor del dinero. Peña Nieto mantiene al país aunque sea en vilo, gracias a la tropa que a diario enfrenta en las calles al crimen de todo tipo, lo que sobra en el país es criminales bien organizados, desde vándalos de colonia, población, ranchería, ejido, hasta cárteles regionales e internacionales. Por desgracia este esfuerzo se va a la basura por la desconfianza social en la estructura de justicia y en los aparatos de seguridad, lo que lleva al 80% de la población afectada por un delito a no denunciar y del 20% que se denuncia, apenas 3% va a la cárcel. Impunidad oficializada en el país.
Un cuarto de millón de mexicanos muertos y/ o desaparecidos en poco más de una década, habla de la ineficacia del Estado pues el crimen continúa sin límite su expansión. La región del Bajío ya está abiertamente bajo el exprimidor del crimen organizado. Parece que los mercenarios están protegidos y bien pagados en el país, sólo caen en la cárcel aquellos que roban poquedades o que actúan por su cuenta sin conexión que les venda impunidad a cambio de un porcentaje de la ganancia obtenida por el producto de su “trabajo”.

Opresión por la ley y por mercenarios
Darío, rey de la antigua y poderosa Persia formó un ejército con los pueblos que conquistó y mercenarios puestos a…