El tema del agua ha sido motivo de conflictos entre Tamaulipas y Nuevo León en los últimos años, pues ambos estados hemos atravesado una crisis hídrica derivada de la sequía que dejó sin agua nuestras presas y por ende a nuestra gente,  pero hoy en día esas fricciones parecen haber acabado, o al menos SE han aligerado.

Durante la sequía del 2022 , cuando llegaba el momento del trasvase obligado a Tamaulipas,  Nuevo León argumentó que la prioridad debía ser el abastecimiento de agua para consumo humano en su zona metropolitana y se negó a cumplir con el tratado, lo que generó tensiones con los agricultores tamaulipecos del distrito de riego 025, quienes dependían de ese líquido para salvar sus cosechas y su economía.

El tratado que obliga a Nuevo León a trasvasar agua a Tamaulipas proviene de un acuerdo firmado en 1996 entre la Comisión Nacional del Agua y los gobiernos de ambos estados, el cual establece que cuando la Presa El Cuchillo en Nuevo León supera ciertos niveles de almacenamiento, está obligado a enviar agua hacia la presa Marte R. Gómez aquí en Tamaulipas con el objetivo de garantizar el riego.

La idea de este acuerdo es evitar que el agua excedente se pierda y garantizar un reparto justo entre los usos que se le dan en ambas entidades, sin embargo, pesea a que en aquello años se cumplían los requisitos para el trasvase, Nuevo León acababa de superar una crisis que dejó a los habitantes sin agua, lo que generó la confrontación.

Ahora todo es diferente, llegadas las lluvias, las fricciones parecen haber terminado y los lazos de hermandad han vuelto a estrecharse entre Tamaulipas y Nuevo León. Este año, la entidad vecina a comenzado a trasvasar 250 millones de metros cúbicos de agua de su presa El Cuchillo hacia el distrito de riego 025 en Tamaulipas, y no como parte de ese acuerdo al que están obligados, si no como una medida extraordinaria para aprovechar el agua que tienen de más.

La razón principal detrás de esta decisión es que la Presa El Cuchillo ha alcanzado niveles altos de almacenamiento, lo que genera un riesgo de desbordamiento, por ello se optó por liberar agua hacia la presa Marte R. Gómez, en lugar de permitir que el excedente se pierda y se vaya al mar.

El desfogue que hace Nuevo León a Tamaulipas es un ganar-ganar para ambas entidades pues ellos alivian la presión sobre su infraestructura y los agricultores logran salvar parte de sus cosechas, lo que les devuelve la esperanza de recuperarse, por que aunque se agradece el líquido, éste no es suficiente para cubrir las necesidades.

Con el agua recibida los productores de Tamaulipas tendrán la oportunidad de regar la mitad de las 200 mil hectáreas que conforman el distrito por eso, aunque la liberación del vital líquido representa un respiro para ellos, no soluciona el problema de fondo. De ahí la importancia del acuerdo firmado recientemente en Victoria, como parte del Plan Nacional Hídrico, que permitirá tecnificar 200 kilómetros de canales en este distrito de riego y con ello incrementar la producción y recuperar agua para el consumo humano.

Así Tamaulipas y Nuevo León podrán llevar la fiesta en paz, respetar sus acuerdos y aprovechar eficientemente el agua que es de todos.

Que Dios los bendiga, gracias. Leo sus comentarios en mis redes sociales