En el marco de la conmemoración del día internacional de la mujer una mujer periodista más fue violentada desde Palacio Nacional por hacer una crítica hacia el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Este tipo de agresiones a la libertad de expresión se están haciendo cada vez más comunes desde la mañanera y ahora el blanco fue Azucena Uresti, titular de los espacios de noticias de Milenio Televisión y Canal 6 en la Ciudad de México.
La reconocida periodista criticó la instalación de vallas en los principales edificios y el refuerzo de la seguridad a manos de mandos militares por las marchas de mujeres que saldrían a las calles a exigir justicia lo que no le pareció al señor presidente, acusó a la periodista de “defender a grupos de intereses creados y que están en contra de su gobierno que solo busca combatir la corrupción y ayudar a los pobres”.
El discurso del presidente es el mismo para cada uno que no coincide con sus acciones de gobierno, independientemente del personaje o tema que sea, lo mismo dijo hasta sobre los hechos terribles del estadio en Querétaro, que era culpa del neoliberalismo, creo que éste ya no convence y más bien debería aceptar la crítica en lugar de tratar de desprestigiar a cada uno de sus críticos. Eso siempre ha existido.
Las movilizaciones que vimos este 8 de marzo en su mayoría fueron pacíficas, exigencias genuinas de las féminas para castigar a los culpables de un sin número de injusticias; contrario a lo que vimos en años pasados creo que las movilizaciones de este 2022 fueron diferentes y eso es algo que tenemos que aplaudir y reconocer y aunque hubo incidentes de violencia que no debieron presentarse en su mayoría todo se desarrolló en paz.
Mujeres policías se unieron a las movilizaciones de exigencia lo que mostró, insisto, lo genuino del movimiento, mientras que la imagen de las manifestantes entregando flores a los elementos de seguridad fue otro detalle que no pasó desapercibido. Porque son mujeres, porque al igual que todas les duele, nos duele las injusticias, nos duelen los abusos, nos duele la omisión.
Aquí en Victoria sorprendió la convocatoria, no se había visto antes tantas mujeres atender la invitación a manifestarse; fueron más de 400 las que alzaron la voz frente a Palacio de Gobierno para exigir justicia en los casos de abusos, agresiones, violaciones y asesinatos. Mi solidaridad con todas ellas, decirles que desde esta trinchera haremos lo mismo pues si no nos apoyamos entre nosotras, que sabemos las circunstancias difíciles por las que atravesamos las mujeres, difícilmente lo harán los demás.
Claro ejemplo de lo anterior fue el caso de Mireya, una mujer en Ciudad Victoria que murió el Día Internacional de la Mujer tras ser asesinada por su esposo, quien le disparó en el ojo por un pleito en pareja. El hombre fue detenido.
¡Ni una más!
Que Dios los bendiga, gracias.
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