Qué difÃcil es estar en medio de todo, me decÃa mi TÃo Tiótimo. Como siempre, yo lo escuchaba extasiado, porque su filosofÃa de vida siempre me deja una gran enseñanza. ¿Por qué dice eso tÃo? Nada, sobrino, me estaba acordando de cuando andaba en la bola ¿sà me entiendes verdad? Sà señor, lo entiendo más de lo que usted cree. Yo te estoy hablando de la Revolución Mexicana y tú ¿de que crees que te estoy hablando? Pues de lo mismo TÃo de la Revolución.
No, que vas a saber tú del gran movimiento social que buscaba el establecimiento de un orden, ayer, cuando nuestro muy querido México vivÃa una tremenda crisis polÃtica, te hablo de 1910, año en que habÃa mucho descontento por la dictadura de Porfirio DÃaz.
Ya ve tÃo, sà hablamos de lo mismo, nada más que usted se sitúa en el pasado y yo en el presente; en nuestro paÃs la Revolución siempre ha estado viva y la lucha no ha terminado, eso lo saben bien los polÃticos en activo y los jubilados, porque siempre hay que cambiar algo en lo polÃtico, en lo económico y en lo social, sólo que cada vez existen menos soluciones para resolver los problemas de siempre.
No muchacho tú no entiendes o al menos no me entiendes a mÃ, mira yo me involucré en el movimiento pues porque buscaba salir de pobre, habÃa muchas promesas en el aire, casi todos los caudillos buscaban lo mismo pero a su modo, pero parecÃa que no estaban entendiendo lo que verdaderamente querÃa el pueblo, seguÃamos a aquél que hablara nuestro mismo idioma, o sea, que no se andaba con rodeos, pero como en toda revolución, pues habÃa mucho revoltijo y uno, pues de repente ya no sabÃa para donde arrancar, empezamos como zapatistas, y luego villistas, y hasta llegamos a ser maderistas, pero nunca nos dimos cuenta que más allá de estar peleando por lo nuestro, estábamos pelando por los intereses ajenos a los nuestros.
No tÃo no se descalifique, usted como muchos compatriotas de la época sabÃa lo que querÃan y si lograron juntarse para pelear por lo que creyeron justo, su lucha fue digna, lo de la manipulación de la sociedad siempre ha existido y aunque no es una práctica muy legal, pues la han hecho una costumbre hasta nuestros dÃas; ahora no me diga que en este tiempo los ciudadanos están más despiertos polÃticamente, lo único malo que de tanto cambiar de bando ya no pertenecen a ninguno, podrÃamos decir que el pueblo se organiza para buscar su propio provecho, pero ya no existe lealtad para nadie pues consideran que ningún polÃtico es digno de confianza.
Pues viéndolo desde tu punto de vista no resulta muy ajeno el movimiento revolucionario del 1910 al que se gesta actualmente, será que para mantener el poco orden social sólo se tienen que cambiar de personaje, pero con diferente estrategia. Entonces tÃo, ¿usted a qué bando pertenece? Yo, no soy de aquÃ, ni soy de allá.
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