Las derrotas de los partidos políticos han derivado en la historia en la desconfianza de sus militantes que han desacreditado las practicas internas de las y los directivos de los institutos políticos. Una de esas circunstancias es la de uno de los partidos más antiguos en México, el revolucionario institucional, que en su logo tatuo los colores del lábaro patrio.

Al menos en Tamaulipas, donde durante décadas se difundió que esta entidad era el “laboratorio” de los triunfos de ese instituto, tal parece que también se ha convertido el laboratorio de la derrota, pues una vez que perdió la gubernatura se replico en la elección federal del 2018.

La historia de derrotas es propia lo mismo que la desintegración de los institutos políticos nacionales en los últimos 25 años a casi 100 de su fundación, el tricolor ha fracaso en la administración en el orden federal y estatal en la mayoría de las entidades del país.

En particular el priísmo tamaulipeco ha reiterado a nivel nacional y estatal sus resistencia a rehacerse como instituto político, sobre todo porque a los militantes de ese partido tienen severas deficiencias para recuperar las seguridad perdidas en 80 años de partido,
Y que si bien, es uno de los partidos que de acuerdo con su plataforma ofrece la mejor de las ofertas a militantes y seguidores, fue rebasado por la suma de administraciones irregulares en las entidades del país lo mismo que en la federación.

Pues no obstante que recupero la Presidencia en el 2012, estuvo imposibilitado para reconstruir la gobernabilidad que se agotó en el ejercicio exacerbado del país. Ya que fue ese uno de los motivos por los que electores de ese y otros partidos votaron por el tricolor, pero no respondió a las expectativas de los ciudadanos.

Seis años después la población electoral reviró a otra de las propuestas egresadas del tricolor y que representaba las inquietudes ciudadanas, porque también había militado en ese partido y por lo mismo les resultaba familiar a los votantes. Que son los mismos y que únicamente han aprendido a mutar de instituto político.

Por ello se fortalece la premisa de que Morena es el nuevo PRI, ya que además en el viejo PRI se fortaleció el partido del presidente. Por cierto, estaría en proceso de extinción. Pues al creador de Morena les parece que son más los problemas que representa y por ello se ha filtrado que pretenden crear un nuevo Morena con los servidores de la nación.

Quizá por ello los estrictamente morenistas no figuran en ninguno de los cargos federales en las entidades federativas. Debido también a que las tareas de los servidores de la nación, desde el anonimato sentaron las bases de la administración federal en la mayoría de las entidades donde Morena no es gobierno.

Parece descabellada va de la mano de la descomposición del PRI, que actualmente son cuestionadas sus decisiones respecto a la forma en la que elegirá a su nuevo dirigente nacional. A nivel estatal los comités de ese partido en Hidalgo, Villagrán, Mainero, San Carlos y San Nicolas están inconformes porque en esas regiones el tricolor no establecerá mesas de votación con el argumento de que hay carencia de seguridad para realizar la elección interna en esos municipios.