Un buen día me presentaron a una persona con la que debería realizar un trabajo, de inicio me pareció agradable, sobre todo cuando teníamos que informar los avances al que en ese momento era nuestro jefe, pues denotaba mucho interés en lo que realizábamos, pero, cuando teníamos que sentarnos a trabajar para compartir lo que investigábamos sobre el tema de interés para la empresa, por lo general pretextaba alguna excusa y prefería investigar por su cuenta, para después reunirnos brevemente a realizar un análisis de lo que habíamos obtenido; entonces la situación me empezó a parecer incómoda, porque tarde o temprano quedaría en evidencia que en realidad no se estaba trabajando en equipo y nos podría afectar a ambos. Antes de hacer juicios sobre lo que ocurría, preferí hablar con él y le hice ver mis apreciaciones sobre la forma en que estábamos realizando el trabajo y la posibilidad de no estar cumpliendo con el objetivo inicial, pues a la hora de presentar la disertación, podríamos caer en contradicciones; me escuchó con atención, pero noté que sólo respondía con monosílabos, y la verdad sus respuestas no me decían absolutamente nada, al verme un poco angustiado por lo que podría ocurrir si fallábamos en nuestra encomienda, por fin alcanzó a decir: _No te preocupes, todo saldrá bien; lo que pasa que así soy yo, tal vez me vea un poco individualista, pero créeme que estoy igualmente interesado en que todo salga bien. Escuchado lo anterior, le di las gracias y le pedí una disculpa, por estar viendo “monos con tranchetes”, le dije que había llegado a pensar que él había aceptado de mal agrado el trabajo y después que tal vez yo le parecía antipático, en fin, mi mente me había jugado una mala pasada.
Estas distorsiones cognitivas pasan cuando nuestra mente nos convence de algo que en esencia es falso, y refuerzan nuestros pensamientos y emociones negativas, y sin duda se aprecian más en estos tiempos por el amplio uso de la tecnología de los teléfonos inteligentes, pues con frecuencia recibimos respuestas con monosílabos de parte de familiares y amigos, dándote la impresión que no están atendiendo lo que estas comunicando, de ahí que por lo general, se hagan falsos juicios de una situación dada.
“Una de las cualidades más bellas de la verdadera amistad es entender y ser entendido” (Seneca)
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