Bien haría el diputado Joaquín Hernández Correa en callar ante el episodio que hoy está escribiendo Carlos Romero Deschamps, sobre todo tratando de santificar la figura de su señor padre, Joaquín Hernández Galicia, protagonista de una etapa de gansterismo y de tutoría caciquil, no exenta de rapacidad y teñida de sangre por muertes inexplicables entre ellas la de Oscar Torres Pancardo. Eso sin contar con los excesos de poder cobijados por los gobiernos priistas desde Los Pinos y con la complicidad de gobernadores para hacer y deshacer a su antojo en todas las estructuras gubernamentales.
La Quina no fue un hombre ostentoso como Salvador Barragán y otros de menor nivel que adquirieron infinidad de propiedades, constituyeron constructoras y lucieron su riqueza, uno de ellos famoso fue El Trampas, con el cual los dos jerarcas citados se limpiaron las manos cuando la caída del Director General de PEMEX, Jorge Serrano.
Pensaron que a ellos les podía llegar algún zarpazo de la mano de la justicia y esto motivó que García Hernández “El Trampas” fuera acusado por Chava Barragán por fraude, el cual se asentó, llegaba a cerca de los mil millones de pesos, acto realizado a través de los diferentes puestos dentro del sindicato.
El Trampas huyó a Estados Unidos y desde ahí escribió una carta al entonces presidente López Portillo, misiva en la que denunció haber entregado a la mancuerna Hernández Galicia-Barragán Camacho 20 mil millones de pesos a lo largo de 10 años.
Hay muchos episodios que dejan al descubierto los excesos de poder de la Quina. En Tamaulipas hay un mudo testigo de esa etapa, un deteriorado edificio que alguna vez alojó al periódico El Heraldo de Tampico, al que le fabricaron una huelga ilegal contando con la complicidad de las autoridades laborales del estado y las nacionales. El dueño de la editorial aceptó cuanto le pidieron los huelguistas, ganaba el movimiento y lo volvieron a emplaza “N” número de veces, incluso acudió a Gobernación y al propio Presidente López Portillo y fue inútil, se hacía lo que el Señor de Madero instruía.
Hernández Galicia financió desde la Sección 1 del STPRM el movimiento dizque laboral, ingresó a medio centenar de trabajadores a la nómina de la Refinería de Madero, estos fueron los huelguistas, también desde ahí se enviaron a “golpistas”, líderes de colonias, armados con piedras y palos para golpear a los
De esa manera cerraron la fuente de trabajo, años más tarde y antes del Quinazo, Hernández Galicia instruyó a la autoridad laboral para que liquidara únicamente a los huelguistas, es decir a sus cómplices, con esa indemnización liberó a Pemex de la carga que tenía en la nómina.
El motivo de la fabricación de la huelga al Heraldo fue que el periódico reprodujo notas publicadas en periódicos de circulación nacional,“recortadas y pegadas” directamente a sus formatos con la leyenda del medio donde fue tomada. Las banderas roji-negras que colgaron en junio de 1982 y nunca volvió a abrir sus puertas el medio.
LA ÉPOCA GASTERIL DEL STPRM
Hay mucho que decir de este movimiento y de otros capítulos gansteriles, por eso decimos que no hable el señor diputado Hernández Correa de lo que robó Romero Deschamps porque no se puede escupir al cielo sin salpicarse la cara. No defendemos al recién “renunciado” secretario general del STPRM, claro que no, pero si hay diferencia entre uno y otro, porque este último por lo menos no protagonizó eventos gansteriles, no le achacaron actos de violencia, ni muertos.
Por otra parte, nada más para que tenga Usted idea del capital de la familia Hernández Correa, el 10 de enero de 1989, en los minutos inmediatos al Quinazo, doña Carmen Correa de Hernández Galicia logró rescatar nada más de “morralla”, en las diferentes cuentas bancarias, alrededor de 100 millones de pesos. Una minucia desde luego, pero era lo que estaba a la vista y disponible.
Luego le quitaron a Don Joaquín las constructoras que tenía con prestanombres ampliamente conocidos, sólo dejaron 2 que estaban a nombre de prominente empresario, amigo de políticos, y desde ahí se financiaron las campañas electorales del PRD en Madero, cuatro trienios ganados de 1993 a 2004, dos de ellos para los hijos de La Quina, Juan Manuel y Joaquín Hernández Correa. El primero de esta serie fue Alfredo Pliego Aldana, uno de los 5 diputados federal del STPRM cuando ocurrió el “Quinazo”, y fue él quien encabezó el movimiento de defensa de la Quina en desplegados en la prensa nacional, el otro Edil fue Jorge Mario Sosa Pohl, por cierto estos dos últimos hoy son morenistas.