Hay muchas formas de ser solidarios, de ayudar, de concientizarnos y participar en la solución de los problemas de nuestra sociedad.

Y de nadie es un secreto que el cáncer se presenta cada vez con más frecuencia, y por aspectos desconocidos, la industria farmacéutica sigue haciendo su agosto y tasando los tratamientos en una fortuna, lo que hace que muchos, pero muchos no tengan acceso a los mismos si no es a través de mecanismos de ayuda, muchos, provenientes de una sociedad cada vez más solidaria dentro de su egoísmo y aspectos que a muchos no gustan.

Si, los medicamentos del cáncer son mucho muy costosos y parece que la voracidad de quienes manipulan la industria farmacéutica no tiene límite. Hay que hacer algo y en muchos puntos de la geografía mundial se estructuran campañas para ayudar.
En Tamaulipas recién acaba de iniciar la campaña de recolección de tapas de plástico, que se recaban a través de contenedores elaborados por alumnos del ITACE, y que se encuentran dispuestos en plazas públicas para que usted o nosotros podamos ir a depositar las tapas y participar.
Es una iniciativa que surge en el Sistema DIF estatal, y que en muchas escuelas se ha secundado. Pensamos que es bueno porque hay quien compra las tapas y se obtiene recurso para tratamientos de cáncer, pero… ¿no podemos hacer más?
Es interesante ver el grado de compromiso social de la gente, pero creemos que se podría sacrificar algo más que esto y hacer que los apoyos fluyan en forma más significativa.
El cáncer es devastador, caro, aniquilador… y en ese sentido, se requiere una solidaria acción mayúscula de todos, absolutamente todos.
Nadie sabe cuando necesitará estos apoyos, ya que, por su naturaleza, el cáncer llega en hombres y mujeres de cualquier edad y estrato social, grupo social y características físicas o genéticas. No respeta nada, absolutamente nada.
Todos estamos expuestos a una enfermedad de esta naturaleza, por lo que debemos insistir en campañas de prevención y detección oportuna, procurar que cuando inicien estos males se puede detectar a tiempo y conjurar su avance mortal por naturaleza.
Solamente quienes hemos estado en la antesala sabemos lo devastador que suele ser.
Y qué bueno que la iniciativa del DIF Tamaulipas sea apoyada por todos nosotros, aunque necesitamos todavía más. En el Centro Oncológico de esta ciudad, por citar un ejemplo, todos los días hay mucha gente que acude a radiaciones o quimioterapia y otros tratamientos para buscar conservar su vida. Es un ambiente difícil y que requiere de mucho apoyo.
Y como si fuera a propósito, la gran mayoría de los que acuden son gente sin recursos suficientes para encarar esta terrible enfermedad.
Algo más tenemos que hacer, y aquí el concurso de la sociedad debería ser mayor, para poder también exigir a nuestras autoridades de los tres niveles que destinen un poco o mucho más de recursos para combatir esta enfermedad. Muchos lo necesitan.

No dejemos que nos gane el corazón frío y el abandono: recordemos que somos individuos comprometidos con una sociedad que, justa o no, es la que tenemos y donde vivimos, por lo que necesitamos ser más solidarios y participar en todas las acciones que tienden a ayudar a los demás.

Nos desespera a veces no poder ayudar más, pero es ley de vida y tenemos que asumirla, hacer todo cuanto nos sea posible y procurar ser factor de cambio en un ser humano que pudiera superar un tipo cualquiera de cáncer, porque necesitamos tener la certeza de que estamos mejor como personas, clínicamente, y así seguramente podremos rendir mejor en lo que hagamos día a día por ver crecer a una entidad tan noble como la nuestra.

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