De esas veces que te da por frasear, para señalar algunas disparidades entre el obrar con verdadera humildad y una simulada honestidad.

¿Qué es lo que te acerca y te aleja sin mucho consentir? ¿Acaso es una personalidad compleja, imposible de definir? Y ante lo que parece demasiado bueno, la desconfianza te pone alerta; porque, entre el ayer y el hoy, la bondad, por lo general despierta la sospecha; difícil resulta pues, encontrarla en esta vida, porque todos pretendemos con nuestro actuar, un fin, en ocasiones, incluso, sin interés concreto, solamente por querer sobresalir.

Quien a temprana edad peca con claridad abierta, piensa que nada tiene que perder, porque en su necio proceder, justifica y encuentra una razón que desconcierta, en la que a alguien tiene que culpar de su conducta perversa, y si está por ello presto para hacer el mal, con engaños te conduce a la sorpresa, para volverte a vejar, con su vileza.

La burla maliciosa que parecen disfrutar, los que combaten con ironía a la nobleza de corazón, en cualquier modalidad suele ser una bajeza, el que comete con su prójimo tal torpeza, cara su osadía, un inesperado día deberá pagar.

Si has de hacer el bien a los demás, nada debes de esperar, tú ya sembraste la semilla, si en su corazón ha de germinar la bondad, otros la habrán de cosechar.

A veces en la vida lo más difícil es confiar, esto sin duda oscurece la luz de la alegría, arrebatándole a todo nuevo día, la esperanza de despertar, sabiendo que el que porfía para vencer al mal, desplegará su grandeza con gloria en la eternidad.

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