La culpa de que el ahorro sea extraño es de la escasa educación financiera de la edad adulta y que deriva en perenne apatía. Por generaciones, la dinámica social y la jerarquía de clases merman aspiraciones y condena a vivir en umbral económico sin ambición. Para muchos el dinero es recuerda sus propias limitaciones, cuando es herramienta de liberación. Fruto de esta confusión, hay relación tensa y distante con sus finanzas, administrándolas desde desinformación e incluso desde el temor.

Todo plan de ahorro inicia con análisis del estado de las finanzas: ingresos, gastos y deudas. Cuanto más profundo sea, más fiel será el retrato de la situación y mejor se priorizará y discriminará el gasto. ¿Cuáles son mis ingresos? ¿Frecuencia para recibir? ¿Hay fecha o es variable? ¿Recibiré extra? ¿Me deben dinero? ¿Qué cantidad y cuándo llegará? Es importante la estabilidad. ¿Hay riesgo de pérdida de empleo o reducción de nómina? Anticipar es fundamental.

¿Cuánto he gastado en este mes? ¿En qué? ¿Cuánto dinero se lleva cada gasto? Gastos fijos: De forma obligatoria, de manera estable, los básicos que no podemos prescindir: alquiler, hipoteca, facturas, alimentación, etc. Gasto fijo extra: Regular que no son imprescindibles, parte del día: gasolina, seguro del coche, suscripciones a plataformas, Internet, gimnasio, cursos y clases, etc. Gasto variable: Caprichos materiales y ocio: restauración, entradas de cine, hobbies, etc. Gasto hormiga: no se les da importancia, son indirectos y esporádicos, pero a largo plazo repercuten. Gasto pequeño, desapercibido, constante y deriva de mal hábito de consumo: ¿Se tira mucha comida? Imprevisto: ¿Surgió alguno recientemente? ¿Otro que pueda ocurrir? Creemos imprevisto lo que es despiste y falta de anticipación.

¿Qué deudas tengo? ¿Cuál es la magnitud? ¿Nivel de urgencia? ¿Alguna a punto de liquidar? Ahorro y endeudamiento no son amigos. Hacer oídos sordos agrava el problema. La deuda no es mala, lo que es malo es el exceso de deuda. Una vez identificado y organizado tus gastos, a hacer limpieza y cuestionar hábitos y patrón de consumo. Se trata identificar lo que haces mal. Para ahorrar hay que discriminar entre gasto real y superfluo. Exige criba sosegada y racional, de ella depende el ahorro: Gasto prioritario: fijos, fijos extras y deudas. Aunque los dos primeros sean reales y necesarios, no pagues de más por ellos. Compara ofertas y valora si tu actual alquiler, ajusta tus necesidades. En los extras, revisa si sacas partido a tu suscripción de Spotify o sustituir el coche por opción más económica y ecológica. Se trata de reajustar los prioritarios. En deudas, estas son preferentes. A limpiar lo antes posible.

Gasto superfluo: Elimina el gasto hormiga que ancla al derroche. Respecto al gasto variable, ten el ocio controlado, que encaje en un presupuesto. Este punto requiere fuerza de voluntad, pero el gasto variable no tiene límite a menos que lo pongas. Ahorro: Lo valoraremos como gasto si queremos ahorrar de forma consciente, es prioritario. Lo aconsejable es a inicio de mes.

Con el análisis financiero y selección de gasto importante, a hacer un presupuesto.
Conocer ahorro e inversión. Cuando ahorramos se guarda dinero para disponer en el futuro. Se invierte en busca de rendimiento. La inversión es un paso más allá del ahorro. Primero se ahorra, después se decide si queremos invertir. Tenemos que saber la proporción de nuestro ingreso para destinar a ahorro. Una ley es del 50-30-20. Su efectividad depende del volumen de ingresos. Dedicaremos 50% del sueldo a gastos fijos y fijos extras, 30% a gasto variable y 20% a ahorro. Para lograr ahorro constante, transferir desde la cuenta donde recibimos ingreso a la cuenta del ahorro. Así no utilizamos ese dinero y no contamos con él para gasto formando disciplina de ahorro.

Herramientas de control: Cuenta de ahorro: Mantenemos el dinero, un depósito a plazo o invertirlo en acciones, bonos o fondos de inversión. App de ahorro: Manera cómoda y efectiva de mantener la economía a raya. Goin, es una aplicación de ahorro que permite transferencias periódicas de tu cuenta con opción de retener un porcentaje de tu nómina al momento de cobrarla. Solo indica fechas y cantidades. Puedes disponer del dinero en tu cuenta cuando quieras. Alerta bancaria: Genera aviso para que seas consciente cuando superas cierto umbral de gasto.

Firmeza y constancia son fundamentales con objetivos asequibles y positivos o el proceso se volverá agotador. Cuando pase tiempo, revisa si funciona o no cumple tu expectativa. Dedica un espacio a fin de mes a medir y controlar decisiones y haz los ajustes necesarios. Modificando el plan de ahorro, da con la clave. Es importante la época del año, si coincide con Navidad o verano, o si tienes una etapa que exija ahorro extra como boda, regalo especial, compra de coche, etc. La situación financiera varía, por eso debes mantener el plan de ahorro actualizado. Eres el dueño de tu economía y el dinero trabaja para ti y no a la inversa.