Aunque en una semana es imposible analizar o medir el trabajo del gobernador Américo Villarreal, si estamos seguros que no cometerá los mismos errores que su antecesor, errores que a la postre le significaron su derrota política.
De acuerdo a la más reciente medición de Consulta Mitofsky correspondiente a septiembre, Cabeza de Vaca salió reprobado por los tamaulipecos al obtener 50.8 por ciento de aprobación, en comparación con Andrés Manuel López Obrador que obtuvo 62.2 por ciento.
Esta fue la constante a lo largo de los últimos dos años entre ambos personajes, pero, ¿por qué el ex gobernador era tan mal evaluado por los tamaulipecos?
Más allá de los ataques mediáticos que recibió por el tema del desafuero, Francisco García Cabeza de Vaca cometió una serie de errores que lo llevaron a recibir el rechazo de sus gobernados.
NO IMPLEMENTAR EL CAMBIO
El primer error del panista fue sin duda no implementar un cambio, aquel que tanto prometía en su campaña, asegurando que soplarían nuevos vientos en Tamaulipas y nunca llegaron.
En lugar de renovar la forma de hacer política, continuó con las mismas malas prácticas priistas, inclusive se agudizaron, se mantuvieron los compadrazgos, el tráfico de influencias y el nepotismo en el gobierno.
Las corrupción se incrementó, un ejemplo de ello fueron los famosos moches, que si bien han existido desde hace muchos años, el apetito por el dinero del gobierno cabecista los incrementó considerablemente.
Esta deberá de ser la primera prueba para Américo Villarreal, tiene en sus manos implementar una verdadera transformación como tanto se ha anunciado.
Y no me refiero sólo a replicar programas federales en el estado como la creación de una guardia estatal, programas locales de bienestar para adultos mayores, personas con discapacidad o jóvenes, sino en acabar o por lo menos disminuir al mínimo, todas aquellas malas prácticas que tanto dañan a la sociedad.
NO INVESTIGAR A EGIDIO
Una de las demandas más pedidas por los tamaulipecos, fue que se investigara y en caso de encontrar irregularidades se castigara al ex gobernador Egidio Torre Cantú, a quién nunca ni si quiera se le molestó para alguna aclaración y aunque si hubo un procesado de su gobierno, la ciudadanía siempre pensó que existía un pacto de impunidad entre Cabeza y Egidio, ese fue su segundo error.
Difícilmente esto sucedería entre Américo Villarreal y Cabeza de Vaca, pero en caso de que por alguna extraña razón no se investigara al ex gobernador, o se le dejara toda la responsabilidad al gobierno federal, los tamaulipecos tendrían una sensación de decepción y coraje, por considerar injusto que se pasara por alto las acciones del panista.
DESPRECIAR A POLÍTICOS LOCALES
El tercer error del mandatario azul, fue mostrar un desprecio a cuadros políticos tamaulipecos, muchas de las posiciones claves las ocuparon foráneos, como la chiapaneca Gloria Molina en la Secretaría de Salud e Irving Barrios Mojica en la Procuraduría de Justicia de Tamaulipas, hoy Fiscalía.
Fuera de las áreas que tienen que ver con seguridad, el resto de los secretarios de Américo Villarreal son tamaulipecos, por lo que no cometió el error del panista.
Aunque algo por lo que sí se le ha sido criticado, es por dejar fuera de las posiciones de primer nivel a sus aliados políticos, ya que ninguna secretaría estatal es liderada ni por el Partido Verde, el PT o figuras relevantes en su victoria, como los alcaldes morenistas de Matamoros, Mario López, de Reynosa, Carlos Peña o Nuevo Laredo, Carmen Lilia Canturosas.
DECLARLE LA GUERRA AL PRESIDENTE
Pero sin duda el peor yero que cometió Cabeza de Vaca, fue declararle la guerra al Presidente Andrés Manuel López Obrador, un error estratégico.
Pelearse con adversarios más poderosos es un suicidio político, parece que el ex mandatario hizo una puesta a todo o nada, que en estos momentos lo tiene como un prófugo de la justicia.
Esto no sucederá con Américo Villarreal, ya que goza de una muy buena relación con el mandatario nacional, quien lo considera como un hombre de valores y que traerá prosperidad a Tamaulipas.
La más reciente muestra, es la visita que hizo el presidente el domingo a la refinería de Madero, informando que regresará al estado acompañado del gabinete federal, para brindarle todo el apoyo al gobernador y a los tamaulipecos.
FUE TEMIDO, PERO TAMBIÉN ODIADO
Bien lo dice Maquiavelo en su libro “El Príncipe”, dónde aconseja a todo gobernante que es mejor ser temido que amado, ya que de esa manera difícilmente los ciudadanos podrá revelársele.
Sin embargo, también dice, que es bueno ser temido más no odiado, porque si se es odiado por el pueblo, entonces se caerá en desgracia, ya que en tiempos difíciles los ciudadanos no te apoyarán.
Eso fue exactamente lo que sucedió con Cabeza de Vaca, cómo consecuencias de sus acciones de gobierno fue temido, pero también odiado, lo que provocó que un porcentaje importante de los tamaulipecos lo rechazara en su etapa final como gobernador.
Estamos seguros que los errores de Cabeza no los cometerá Américo Villarreal, ya que ha aprendido de ellos, además de que ha mostrado la capacidad para hacerle frente a la adversidad cómo se vio durante su campaña y el período de transición.
El gobernador goza de un gran respaldo de los ciudadanos, por lo que en lo único en que se tiene que concentrar, es en implementar una verdadera transformación, para darle buenos resultados a los tamaulipecos.
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