Todo inicia con una declaración de Arturo Soto, funcionario estatal, en el sentido de que habrá orden o pretenden que haya respecto a los vehículos que circulan en la entidad, específicamente los que lo hacen de forma ilegal, a manera de contrabando simulado por un sistema hipócrita y desleal para con sus conciudadanos, que premia la ilegalidad, la trampa, el cohecho y la malversación.
Prueba de ello, los ex gobernadores multimillonarios en el país que pasean con toda impunidad, los ex funcionarios riquísimos y los representantes de la ley que infringen todo lo que hay, lo que huele y lo que se mueve.
Soto dijo que habrá orden y descalificó las acciones de dos grupos de vividores: UCD y ONAPAFFA, agrupaciones que se han dedicado a exquilmar al ciudadano con una inexistente promesa de legalizar unidades.
Vamos por partes: nunca, NUNCA ha habido una orden para legalizar a los que pagan a estos vividores, porque hay una ley que permite importaciones y tiene una tasa de impuestos para ello. Quien paga los derechos, puede acceder a los beneficios. Así de sencillo.
Ya salieron los defensores de la ilegalidad con el argumento de que “somos los pobres”, “solo a los jodidos” y demás; hay que enfatizar, como dicen algunos críticos de estas agrupaciones, que si bien es cierto que se busca ayudar o beneficiar al que menos tiene, no entendemos por qué un Audi o un Mercedes Benz tiene placas de la UCD: ¿dónde está el “jodido” entonces?
Dice Arturo que habrá noticias y esperamos sean justas y expeditas: que haya legalidad para todos y que se castigue con todo el rigor de la ley a quien no quiera pagar sus impuestos correspondientes. No tenemos por qué no pagar aunque ganemos menos que otros. Nada que ver el salario con las obligaciones tributarias, o así lo vemos.
Pero así como muchos pagamos tenencia y otras cosas en impuestos y obligaciones, así exigimos a Arturo Soto, a Francisco García Cabeza de Vaca, a Enrique Peña Nieto y a todos los que conforman las autoridades de los tres niveles, para que haya facilidades para cumplir las obligaciones fiscales, y a la vez, que sean intransigentes con los plazos y el hecho de que todos estamos obligados a cumplir.
Ningún pretexto es válido para dejar de pagar, y así lo entendemos. Y los dirigentes de esas centrales de vividores –UCD y ONAPPAFA- dejarán de ganar sus mil pesitos por placa expedida en promedio, y tendrán que buscar un trabajo honesto, porque ya no podrán seguir viviendo de engañar a los tamaulipecos y en el país en general al que no tiene recursos y busca un pretexto para no cumplir.
Mire, sonará muy fuerte, pero es muy claro: el que no pueda pagar un carro y sus impuestos correspondientes, que no lo compre y ande en microbús o pesera, bicicleta o camine. También, quien compre vehículos que parecen fumigadores por el alto volumen de humo contaminante, que sean sujetos de decomiso por delitos contra el medio ambiente, y que se les castigue.
No tenemos por qué permitir que esos contaminen el aire de nuestros hijos, y tenemos que pedir a la autoridad sea intransigente y obligue a todos a pagar, pero que nos permitan hacerlo con ciertas facilidades.
La gente no se niega a pagar en un porcentaje muy importante, pero no puede hacerlo de golpe. Imagine que pudiéramos pagar los impuestos en forma de abonops mensuales, con un límite para cubrir el 100 por ciento, so pena de ser objeto de una multa: seguro que muchos lo haríamos de forma mucho más expedita, y habría más dinero para la autoridad.
Y también, va de la mano el que se capacite a las autoridades –policías y demás- parra que no abusen de los ciudadanos, que no nos engañen y no nos multen a lo tonto, porque hoy en día es muy normal sufrir la ignorancia de estos elementos que nos afectan y nos hacen pagar en el mejor de los casos.
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