No se asuste, pero el reino de las probabilidades dicta que estamos en la antesala de tener el peor Presidente de la República, los peores senadores, los peores diputados federales, en algunos estados los peores gobernadores y en el caso de los municipios, los peores alcaldes.

¿Por qué pintar de color tan oscuro el futuro a corto plazo de la estructura gubernamental?

Es sólo una percepción personal derivado de un estudio hecho público en un diario de circulación nacional sobre el papel de las redes sociales en el proceso electoral del 2018, en donde un grupo de expertos en la materia establece que Twitter y Facebook serán el ring virtual de la guerra sucia en las campañas para obtener el voto.

La importancia del estudio radica en un pronóstico inédito y que apenas un año y medio atrás pocos esperaban, como en el caso de Tamaulipas: Los ciudadanos que acudirán a las urnas serán persuadidos en un 60 por ciento a través de esas plataformas digitales. Ya conocemos la historia del 2016 en nuestro Estado y el papel que jugaron esas redes.

Desde luego que no es eso lo inquietante.

Lo preocupante, lo que quita el sueño y es precisamente el origen de lo expuesto en el inicio de esta colaboración, es que lo que sustentará la decisión de esos ciudadanos no son los atributos o las propuestas de los candidatos, sino las noticias falsas. Las mentiras, para decirlo más claro.

En el 2018, como nunca antes, lo más probable que suceda con este escenario potencIal es que los ganadores serán quienes lograron llenar más de lodo inexistente a sus contrincantes. Y con la basura hasta el cuello, serán quienes gobiernen.

Es lamentable imaginar un municipio, un Estado o al país entero gobernados por el villano de villanos.

Sí, sé que en muchos casos esa ya es la realidad que vivimos en algunos espacios de la República sin importar el orden público en el que se muevan, pero en su mayoría esos fiascos llegaron a sus respectivos cargos todavía envueltos en el papel color de rosa de la esperanza como las mejores opciones. Y ahora resulta que en el año entrante desde el principio elegiremos al más perverso o al más embustero, a quien es capaz de las mayores felonías y a quien carece hasta del menor escrúpulo para alcanzar el poder.

¿Entonces deberemos culpar de ese panorama a las redes sociales?

Sería una estupidez pensar de esa manera. Sería como culpar al cuchillo de un asesinato cuando el responsable es el que lo manejó.

Es exactamente lo mismo con las redes. La falta de regulación de sus diversas manifestaciones permite que muchos las manipulen sin empacho y también con alegre impunidad. Para decirlo en lenguaje llano, los culpables de esos sainetes somos y seremos nosotros mismos, los que utilizamos esas herramientas para denigrar, insultar y deslegitimar, así como los que creemos en esa sarta de maledicencias como si éstas fueran un texto de la Biblia.

En esas condiciones el 2018 no será sólo una elección múltiple. Será también el parto de una nueva era en materia de decisiones en lo relativo a las campañas electorales. De nosotros, de nuestra madurez, de nuestra objetividad, dependerá si ese alumbramiento será doloroso…

APOYOS REALES

Al César lo que es del César.

Nunca se habían dado tantas facilidades y subsidios en Tamaulipas para pagar el impuesto de la Tenencia Vehicular ni tantos descuentos para obtener la licencia de manejo. Vaya un reconocimiento a los autores de esas acciones que en verdad benefician a la economía de muchos hogares y pequeñas empresas. Doy fe…

Twitter: @LABERINTOS HOY