“Lo que creemos de nosotros mismos y de la vida, llega a ser nuestra verdad” (Louise L. Hay)
Yo creo en mí y en lo que hago, de ahí que me aferre a hacer realidad mis sueños. Muchas veces me han preguntado por qué insisto en tratar de mejorar la calidad de vida de los demás, siendo que ésta es una tarea que debe de hacer cada quien; les respondo, que si yo no hubiese sido despojado de la seguridad que te da el nacer y crecer en un hogar integrado, nunca me hubiese dado cuenta de que podía luchar por restablecer mi autoestima.
He hecho tantas cosas en la vida, que no me han bastado 30 años de práctica como escritor para acabar de contarlas, y cuando alguien, que no lo dice, pero me hace sentir, que a nadie le importa lo que haya hecho con mi vida y mucho menos tener que tomarse el trabajo de estar al pendiente de lo que hago, le agradezco haberme leído por tanto tiempo.
Mi vida no resulta ser tan extraordinaria, hasta que alguien que lee mis escritos siente que estoy hablando de su vida, entonces, la curiosidad lo lleva a indagar aún más de la mía, para saber cómo he llegado a resolver tantas dudas y cómo he logrado vencer tantos retos, para saber lo que le espera.
He tenido la oportunidad de ser testigo de tantos prodigios que para otros resultan increíbles, pero, la mayor fortuna que he recibido en la vida, es el haber podido construir una fe, que me ha llegado desde el origen de la misma.
Yo confío en Dios y el Señor confía en mí, de eso estoy totalmente convencido, si usted no lo cree, está en su derecho de seguir buscando lo que a mí me sobra.