No cabe duda que somos curiosos: muchas veces dejamos temas prioritarios para ”después”, y las consecuencias no son precisamente las mejores. La salud es un testigo de lo anterior, cuando somos pareciera, enemigos de la medicina preventiva y de las medidas que hay que tomar para evitar conflictos en el organismo que luego nos pasan facturas muy elevadas.
Y en ese sentido, nos aferramos a muchas cosas: cuando tenemos, por ejemplo, un dolor en el pecho, a veces vamos a recostarnos pensando en que pronto pasará la molestia que nos aqueja, y tratamos de descansar, lo cual es bueno, pero no es lo indicado: podría ser un micro infarto, un problema cardiovascular más serio de lo que creemos, y entonces, ir incrementando la mala salud personal que tiene, como decimos, consecuencias muy poco agradables.
Mantener una salud adecuada requiere cuidados y atención de cada uno de nosotros, y para ello tenemos excelentes apoyos como son médicos de casi todas las especialidades, y un buen médico familiar que nos saca de dudas, así como lo que a. veces resulta contraproducente: la información en Internet, que nos explica desde la utilización de lenguajes muy científicos hasta “con manzanitas” las cosas, a manera de entenderlas bien.
Cuidar la alimentación debe ser tarea de todos y de todo el tiempo, porque suponemos que todos sabemos qué debemos y no debemos comer: qué nos hace daño y qué, en exceso, causa malestares e inconvenientes severos. En el ejercicio sucede lo mismo: no tenemos a veces, idea de lo que puede suceder si dejamos de hacerlo, o por el contrario, si abusamos de él, porque no crea que todos podemos estar todo el día realizando actividad física, y ésta debiera ser supervisada por personal conocedor, médico y de la rama de la actividad física, como entrenadores, fisioterapeutas y otros más.
No podemos ir por la vida jugando con la existencia propia, porque a veces tenemos quien dependa de nosotros, o simplemente, no tenemos por qué orillar a algún familiar nuestro a que nos cuide de por vida, haciendo que dependamos de él totalmente al sufrir incapacidades permanentes que nos limitan y mucho. Es tiempo de ponernos a pensar en ello seria y formalmente.
Es por ello que la prevención de accidentes y enfermedades toma un papel determinante en cada uno de nosotros, y nadie más propicio que uno mismo para tomar las medidas necesarias.
Difícil que alguien tome la tutela de nuestra existencia y haga que tomemos decisiones prioritarias.
Podemos buscar un apoyo médico en algún centro de salud, hospital o clínica, y por otro lado, fortalecerlo con la información que usted seguramente ha buscado y encontrado en Internet. Solamente le pedimos que corrobore que sea de una fuente confiable, porque hay mucha de ésta cuyo origen es incierto, así como su contenido que lo hace ser lo que hoy se llama “fake new” o como dicen en el otro lado del Continente: “bolo en salud”.
Corroborar, verificar, estar seguros de que lo que nos dicen y leemos es adecuado; tomemos en cuenta nuestra edad, condición física y clínica, actividades que desarrollamos, así como estado clínico en cuanto a enfermedades y más, para poder tener un diagnóstico adecuado que nos permita tomar las medidas acertadas.
Hay que tener conciencia que la Secretaría de Salud en la entidad tiene una estructura para ayudarnos en ese sentido, mediante la red de unidades de primero, segundo y tercer nivel. Aprovechemos todo lo que tenemos y busquemos el apoyo necesario. No hay municipio que no tenga algún punto de consulta.
Y no juguemos más con la salud, no juguemos con nuestro organismo, no juguemos con la existencia de cada uno.
Los demás, nuestros seres queridos nos necesitan aún.
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