Más allá respecto a su la Guardia Nacional debería intervenir en frenar la protesta de los agricultores en Chihuahua, el problema del agua se agudiza en el territorio nacional, por lo que hace a Tamaulipas las lluvias atípicas del 2020, permitieron la recuperación de los potreros agropecuarios, pero no beneficio a ningún de los ciclos agrícolas, sí tuvo un impacto beneficio para el sector agropecuario y citrícola.

Pero el incidente en La Presa Las Vírgenes en el estado de Chihuahua tiene otra connotación en el sentido de que los agricultores de esa región han sido privados del uso de agua por el pago correspondiente a la Comisión Internacional de Límites de Agua Cila, que rige los tratados de agua de Estados Unidos y México.
Cada año los agricultores de esa entidad están en la misma lucha, con la diferencia que en esta ocasión fue repelidos por la Guardia Nacional, y en parte el reclamo de los productores es hacia el gobierno estatal que ciertamente no tiene ningún interés en la disputa, sino defender a los agricultores de esa región.

Ojalá las autoridades federales entiendan que en el campo no hay conservadores ni liberales, sino productores de la actividad primaria cuyos productores llegan cada madrugada a las centrales de abastos del país.

Lo grave de la falta de agua no es la disputa entre los mismos agricultores o entidades federativas, sino lo que se maquilla en torno a los derechos de agua que ha entregado la Comisión Nacional del Agua a quienes poseen algún derecho, en alguna de las cuencas del país.

Es decir, las manifestaciones de los derechosos es una demanda independiente de las carencias de agua que hay en el subsuelo. En Tamaulipas durante la década de los años 90 del siglo anterior hubo una disputa entre Nuevo León y Tamaulipas, porque la construcción de la Presa El Cuchillo e Nuevo León capto Rio arriba, los escurrimientos del Bajo Río San Juan, que originalmente llegaban a la Presa Marte R. Gómez que se localiza en Miguel Alemán.

Y los daños se reflejaban en la ausencia de agua para el riego de los agricultores en el distrito 026 que se localizan en la frontera Chica y una parte de Reynosa. En esa década los neolonense gozaban de todo el apoyo del gobierno federal pues el entonces Presidente de la República era nada más y nada menos que Carlos Salinas de Gortari a quien se le denominaba El hijo de Agualeguas.

Finalmente hubo acuerdo, pues en Tamaulipas el ex gobernador Manuel Cavazos Lerma era del fierro de Los Salinas, pero también estaba obligado a defender los derechos de los agricultores de la frontera tamaulipeca. Hubo pagos compensatorios que ciertamente no se comparan con las ganancias que los agricultores obtenían, pues esa región era propia para la producción de maíz palomero, con el que se hacían las palomitas en los cinemas.

Después de ello hubo trasvases de El Cuchillo a La Marte R.Gómez en base a los acuerdos de 1954 relacionados con el reparto de agua en el norte del país.

Lo que se espera en los próximos años es que se intensifiquen las disputas por el agua en distintas regiones del país y del extranjero porque cada vez se incrementarán los conflictos debido al proceso de deforestaciones por desmontes, obras de infraestructura y el avance devastador de la urbanización.