El impacto que los números tienen en nuestras vidas es enorme, a veces sin darnos cuenta y sin saber la razón, cuando escuchamos un determinado número, viene a nuestra mente un fugaz recuerdo, tal vez la fecha de cumpleaños de un ser querido, un suceso que marco nuestra existencia o simplemente por la atracción que caracteriza cada cifra nos lleva a reflexionar. Lo cierto es, que no debe de extrañarnos, pues se dice que, cada sonido, color, aroma, pensamiento, representa abiertamente la vibración numérica que se conecta en todo momento a nuestra esencia.

Cuando pienso en los números mi mente de inmediato se convierte en la parte matemática de la vida, aquella donde de manera abstracta me lleva a realizar cálculos en todos sentidos; sin embargo, el propósito de este escrito no es resolver ecuaciones matemáticas; sino, más bien, explicar el estrecho vínculo de los números en nuestro camino de vida.

Pitágoras, fue el precursor en dar sentido a los números, fue matemático, filósofo y astrónomo, diversos datos apuntan que nació entre los años de 578 a 608 a. C., reconocido por reunir a varios estudiantes deseosos de aprender, busco liberar a la mente humana sobre el confinamiento político y religioso. Estableció su propia Escuela en Crotona, una colonia griega, ubicada en el sur de Italia alrededor del año 532 a.C., el requisito para el ingreso de los alumnos a la Universidad era el afán de instruirse con ahínco, sin importar, sexo, raza, color o credo. Reconocido por su teorema en geometría consiguió combinar la música, la filosofía y las matemáticas, obteniendo un cambio importante en el desarrollo del pensamiento occidental. En filosofía, su tesis más importante es “la esencia de las cosas está en los números”.

Distintas civilizaciones también tuvieron una importante cercanía con los números, en principio, los constructores egipcios manejaban fórmulas matemáticas relacionadas con disciplinas como la cábala, la geometría euclidiana, entre otras, que contenían fechas, combinaciones numerológicas que extraordinariamente empleaban en la construcción de sus obras, delimitando de esta forma cada una de sus dimensiones con un significado encubierto.

Igualmente, los pueblos de Mesoamérica tuvieron una estrecha relación con los números, la cultura Maya es una prueba de lo significativo que fueron con los números, atribuían un significado especial para sus deidades, la agricultura, y hasta la forma de trazar su Calendario.

De la misma manera, en el aspecto religioso, es evidente las referencias numerológicas que contienen los libros sagrados, cifras que buscan comprender la naturaleza de todo lo creado y el motivo de su existencia. Se dice que Dios ordenó todo “con peso y medida”, o como refiere armónicamente el Eclesiastés de la Biblia: “Para todo hay un tiempo y un tiempo para cada propósito bajo los cielos”. El estudio de los números no debe considerarse contrario a las creencias religiosas, sencillamente es una de las múltiples facetas de la “armonía del Universo y la sincronización con las leyes de la naturaleza”.

Por otro lado, existen comunidades de igual manera que incluyen la numerología para definir sus propios criterios estructurales asociados con los valores éticos y principios de la sabiduría y el buen vivir y figuran como la base sólida de su planeación en el futuro.

Existe una inmensa diversidad de métodos y combinaciones que hacen posible el significado y la interpretación numerológica que buscan explicar el carácter y la personalidad; no obstante, dichas combinaciones no deben considerarse un procedimiento para predecir el futuro o la compatibilidad personal de nuestro diario vivir.

La numerología describe el carácter, la personalidad, la forma de pensar y la manera de enfrentar el destino. Es el mapa que revela la forma de desarrollar las cualidades personales de la mejor manera posible, nada puede orientarnos mejor que la numerología.

El pensamiento nunca se detiene, y ello nos lleva al conocimiento, por eso Linda Goodman (1925-1995) decía que “Los números dan a la mente en búsqueda, un conocimiento a la luz alboral de las crecientes respuestas del espíritu”.