El propósito de Dios al crearnos a imagen y semejanza de él es que el hombre fuera feliz en esta existencia terrenal.

Sin embargo, alguien opina que el ser humano es heredero de sí mismo. La vida ha cambiado, ya no es como fue, las generaciones actuales tienen su forma particular de pensar y tenemos que respetarla, lo único como padres es tratar de ser guías, ya que con la madurez hemos adquirido experiencia; por lo tanto, hemos de elegir y transmitir que con la libertad que poseemos, somos nuestro propio destino, hay que buscar nuestra identidad de acuerdo a esa experiencia adquirida.

El ser auténticos nos proveerá la tranquilidad, la serenidad de sentirnos contentos, de ser felices.

A través de los años tenemos conciencia de lo que es el buen camino, lo mismo que lo malo, en ello, en lo que decidimos estará la acción de elegir nuestra forma de vida y el destino que les damos.

Como seres pensantes tenemos la capacidad de discernir… La felicidad está en nuestro propio interior, consistiendo en ser auténticos, adaptándonos a nuestro medio sin ambicionar el ajeno.

Dice Benjamín Franklin: Al reflexionar sobre la vida que he vivido, los momentos felices que he disfrutado, volvería lo mismo, tan solo pediría un autor que me señalara los errores cometidos en mi primera edición.
Esto es todo por hoy, hasta la próxima.

Carpe diem.