Cada día que pasa, en México y Victoria, hay más personas que cuestionan sus preferencias electorales en base a los resultados obtenidos: en la capital de Ta aulipas, cientos -o miles- se han dado cuenta del grave error que se cometió hace algunos meses al haber optado por un candidato sin experiencia, sin tacto, sin honradez, ávido de dinero fácil y poseedor de una incapacidad comparable solamente con el que lejos de hacer, se queda estático.
Y lo más grave es que nadie reclama, nadie quiere meterse en problemas porque este individuo es sordo a los comentarios de sus gobernados. Prefiere seguir haciendo negocios a la sombra de sus familiares -específicamente, una de ellas, muy cercana – que cumplir con lo que debe cumplir al haber aceptado la responsabilidad de ser alcalde.
La calle Veracruz, donde se ubican las oficinas y tienda de Teléfonos de México, el Colegio José de Escandón y perteneciente a una zona residencial es la clara muestra de la incapacidad que vivimos, y que reclamamos, al Congreso, al Gobierno estatal y a quien corresponda que intervengan para que nos cumplan a los victorenses. Es el monumento a la incapacidad y la deshonestidad.
Hace algunas semanas, entraron las máquinas que se arrendan, para levantar la carpeta asfáltica: son esas máquinas que “rascan” la. calle y la preparan para una nueva carpeta asfáltica, y que dicho sea con honestidad, dejan como resultado un muy competente trabajo, siempre y cuando los contratistas pongan la carpeta que están obligados por contrato a instalar, y no hagan las trampas conocidas de manejar carpetas más delgadas, considerando que las lluvias son un factor para que nuestras calles tengan deterioro aparentemente natural.
Hace semanas de ello, y es fecha que las calles están desnudas, expuestas, como ha sucedido, a levantar más agujeros -ya no son baches, son pozos- desde la calle 8 hasta la calle 21, es decir, todo el tramo de vialidad muy importante que Xicoténcatl y su administración han dejado para después en una actitud irresponsable, deshonesta y falta de aplicación.
¿Hasta cuando vamos a permitir una administración que no trabaja y solo hace negocios personales y familiares? ¿Cuándo entrarán en funciones las auditorías del Congreso para poner orden? ¿Verán la cárcel quienes están estafando a Victoria y su administración?
Molesta y mucho el ver nuestra ciudad hecha pedazos, y más, cuando vemos que se filtran en redes sociales documentos que hacen apología de un delito que se comete diariamente, avalado por un grupo de irresponsables y serviles victorenses que fungen como regidores y síndicos, que no son capaces de exigir orden y honestidad a un administrador que solo piensa en sus grupos familiares y sus bailes, ya conocidos, y otras actividades reñidas con la honorabilidad.
Dicen algunos ciudadanos que Victoria no merece una administración como la actual, pero podríamos decir que ningún municipio en el país lo merece, porque no es posible ver la forma en que se conducen y que nadie haga algo.
¿Podría algún abogado ilustrarnos sobre qué se puede hacer al respecto? No podemos dejar que esto siga ocurriendo.
La calle Veracruz es un digno homenaje a la ineficiencia municipal, a la falta de prevención y programación, y a la probidad. Muchos miles de pesos cobran por caa obra que aparentemente realizan y no hacen como se debe, gracias a la permisividad de un Congreso que ya se fue sin cumplirnos.
En tiempos en que la información no se puede ya ocultar, los victorenses exigimos enérgicamente la participación de la autoridad como tal: que dejen de hacer sus negocios oscuros y familiares, y que nos cumplan con la obra pública que están obligados a realizar, y en la qe no se ha invertido prácticamente nada, aunque en los informes inflen las operaciones y justifiquen los gastos que realmente no están cristalizados.
Es hora de jalar la rienda para que Victoria tenga una administración que le cumpla. Es hora, pues, que el gobierno estatal, el Congreso del Estado o quien corresponda meta en cintura a esta pandilla de saqueadores e incumplidos sujetos que tomaron por asalto la Presidencia Municipal.

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