El escándalo político se reavivó en la frontera norte, el ex alcalde panista de Nuevo Laredo, Enrique Rivas Cuéllar, logró obtener una suspensión provisional que frena la prisión preventiva que se le había dictado.
La Fiscalía Anticorrupción lo acusa de haber autorizado la compra de un terreno para un Centro de Convenciones por más de 66 millones de pesos en condiciones supuestamente irregulares y en perjuicio del erario y el juez determinó prisión preventiva justificada por el riesgo de fuga, pero apenas horas después, la jueza de distrito Judith Alhelí Andrade Villafán le otorgó suspensión provisional.
Ella consideró el derecho en defensa del ex presidente municipal, en virtud de la presunción de inocencia y que los actos imputados no son comprobables.
Los panistas, a través de un comunicado, denunciaron persecución política; después de tanto tiempo callados lanzaron un comunicado diciéndose víctimas del sistema. La dirigencia panista dice que el caso de Rivas es parte de una venganza orquestada desde el poder, que no se trata de justicia sino de revanchismo, y que los verdaderos corruptos están en Morena.
Y aunque la resolución obtenida no implica la absolución del ex alcalde, sí evidencia debilidades en el proceso judicial y abre la puerta a una larga batalla legal como la que también enfrentan mas ex funcionarios públicos de la pasada administración que de igual forma han sido vinculados a proceso.
Hay que recordar que actualmente, aunque existen varios ex funcionarios vinculados por las investigaciones de la Fiscalía Anticorrupción, sólo un panista está preso en relación con investigaciones de este tipo, se trata de Rómulo Garza, el ex secretario de Bienestar Social quien permanece bajo prisión preventiva en el penal de Victoria mientras el proceso avanza.
Que Dios los bendiga, gracias. Leo sus comentarios en mis redes sociales…