La primera teoría conspirativa que recuerdo con relación a la acción sanitaria es de 1962, “las vacunas esterilizan a la población”, rezaba la leyenda urbana. Lástima que no resultó cierto pues somos más de 7 mil 300 millones de seres humanos cuya demanda y consumo voraz, permite a la industria depredar a la naturaleza sin control, tener en agresión constante a la matriz de donde surgimos, como todos en este planeta.
Mientras el mundo se paralizaba ante el virus, López pospuso medidas que llegaron, tarde y mal, a diferencia de Rusia y otros países que, con audacia y velocidad, para no saturar el sistema hospitalario, las implementaron. El asunto es que la capacidad instalada de los hospitales no es capaz de dar respuesta a un brote de COVID-19 que lleve a pacientes a una terapia intensiva. Falta de camas en hospitalización y de ventilación mecánica son cotidianos en Ciudad Victoria, súmele una docena de pacientes que requieran este sostén vital, imposible dar respuesta, y esa situación, esa gran debilidad, es suficiente para implementar medidas de contención.
Ahora, pasando al problema, está en la cabeza de López, no en el andamiaje de salud. COVID-19 afecta a las personas de la tercera edad, más a las que sufren una patología, como un infarto, pues ahí está López, con 66 años y su infarto, sin apego a controles sanitarios. En lugar de poner el ejemplo, López desprecia el lavado de manos con alcohol-gel, mientras su séquito realiza el lavado de manos. Torpe a morir. Y la torpeza se amplía y profundiza. Los inexorables ajustes a las finanzas públicas se postergan. Estamos en estado de emergencia y la impericia de López daña a México. Se acabó el Fondo para eventos catastróficos. Perdió 2 años para encarar las pensiones. PEMEX está quebrado (18 mil millones de dólares de pérdidas en 2019) El petróleo por debajo de 20 dólares el barril y López dispuesto a ahogar a México.
Los recortes del 2019 fueron demagógicos, innecesarios, inhumanos, criminales: niños y mujeres con cáncer, fin de los albergues y estancias infantiles, y vendrán más, es inevitable. A menor Producto Interno Bruto, más se eleva la proporción que corresponde a la deuda externa. De mantenerse López ajeno a inversión privada en el sector energético, reventará PEMEX y caerá más el grado de inversión de México. Hay un asunto que López no desea entender sentado en su ideología de partido político, el Estado no puede solo. Es suicida continuar por la misma ruta, alejándose de la ayuda que salvaría al país.
La aprobación de López cae por abajo de 50%, llegará reprobado al 2021. El dolor económico se agravará con los meses, desempleo, empobrecimiento, violencia creciente, en eso están reprobados desde que, tristemente para México, inició López. En corrupción, 60% de los mexicanos piensa que López fracasó.
Consultores Internacionales calculó que la economía mexicana en 2019 se contrajo 0.14% y en el cuarto trimestre cayó 0.5% respecto igual periodo 2018. Confía que en 2020 la economía crezca 0.9%, insuficiente, pero es inicio de una recuperación. Los factores claves para detonar inversiones y comercio son el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), mayor inversión para ejecutar proyectos de infraestructura, la estabilidad macroeconómica y mejor administración de la incertidumbre.
Atribuye los resultados económicos 2019 a cambios de paradigmas a nivel interno. México experimenta un cambio desordenado que genera confusión a los agentes económicos por la derogación de reformas, cancelación de contratos, reducción del consumo interno, menor inversión y generación de empleos, además de la falta consistente de aplicación del Estado de Derecho que se traduce en altos niveles de inseguridad patrimonial y personal, y debilitamiento de las empresas.
Advirtió que hay expectativa sobre la propagación el coronavirus. Hace más de una década México fue “zona cero del virus H1N1”. En junio la OMS declaró fase 6 de la alerta máxima de una pandemia evidente y se suspendieron diversas actividades económicas que dejaron pérdidas por 127 mil 359 millones de pesos, 0.9% del PIB, y de las cuales turismo y comercio concentraron 73%. Con un crecimiento estimado 2020, discreto e insuficiente, hay que sumar el efecto coronavirus y el desastre de la economía y de las finanzas será evidente en 2021.