El alcohol y las drogas psicoactivas acompañan al ser humano hace 10 mil años, aproximadamente. Su uso se relacionaba con “los dioses” por el efecto que causaban en el cerebro primitivo que relacionaba a estos fenómenos con un regalo de los dioses. Los chamanes y los oráculos, los utilizaban para entrar en trance. Ambas sustancias son permanente acompañantes de la sociedad y la evolución de su mercado obliga a innovar para controlar. La ley Seca en Estados Unidos, hizo florecer el negocio ilegal y organizó a las familias en lo que hoy conocemos como crimen organizado.
El proyecto de Ley Agrícola que firmó el presidente Trump establece la política agrícola y de nutrición para los próximos 5 años tiene una apertura que legaliza el cultivo de cáñamo industrial, especie de cánnabis, en Estados Unidos. Actualmente, el gobierno federal prohíbe todo cultivo de cánnabis. Los productos de esas plantas se clasifican como narcóticos de la Lista I, definidos por la Agencia de Control de Drogas, sustancias que no tienen uso médico actualmente aceptado y un alto potencial de abuso.
Aunque el cáñamo no tiene el THC químico psicoactivo, contiene cannabinoide CBD, reconocido como ayuda para la relajación, la ansiedad y el dolor. La ley agrícola saca al CBD de la lista de narcóticos de la Lista I, preparándolo para que sea el próximo gran ingrediente funcional en alimentos y bebidas.
Dave Donnan, socio en la práctica minorista y de consumo de la consultoría A.T. Kearney dijo que la inversión de las compañías de alimentos y bebidas en el cáñamo y el CDB está en efervescencia. Las empresas pueden hacer inversiones a través de una variedad de formas, dijo Donnan. El capital privado puede involucrarse, también el capital de riesgo, así que verán muchos más fondos. Predigo que en los próximos dos o tres años los productos de CBD crecerán más rápido que los productos de cánnabis. Sólo porque será legal en 50 estados, no tendrá las restricciones de narcótico de la Lista I y estará abierto al sistema bancario.
Un informe sobre el mercado de productos comestibles de cánnabis de BDS Analytics, que se especializa en investigar el mercado sobre la sustancia, espera que el gasto en productos comestibles de cánnabis aumente a más de 4 mil millones de dólares para 2022, 30% respecto de 2018. Un estudio realizado por A.T., a principios de este año, encontró que cuatro de cada 10 consumidores de Estados Unidos dijeron que estarían dispuestos a probar.
El uso de cánnabis en todas sus formas es legal en Canadá desde mediados de octubre, y se considera referente para lo que pueda suceder si al llegar la legalización a Estados Unidos. Este año, las empresas de bebidas alcohólicas realizaron grandes inversiones en el espacio de cannabis, promocionando nuevos productos para el mercado canadiense. En agosto, Constellation Brands invirtió 3.9 mil millones en la empresa de cánnabis Canopy Growth.
El gigante de las bebidas alcohólicas inspiró a seguir su ejemplo. Molson Coors anunció que su empresa canadiense se alió con Hydropothecary para hacer bebidas sin alcohol con infusión de cánnabis para vender en Canadá. La empresa Diageo está en conversaciones con compañías canadienses de cánnabis. Coca-Cola busca invertir en este mercado, aunque oficialmente dice que no tiene planes de ingresar al mercado pronto.