Uno de los mayores problemas en mi centro laboral es la inequidad, nadie parece atender este reglón tan importante para mantener una misión que dé resultados positivos y beneficien a cada uno de los componentes de la estructura que sostiene a la Secretaría de Salud. Después de analizar este problema por muchos años, he llegado a la conclusión, de que el trabajo en equipo realmente no existe, y si alguien me dice lo contrario pensando que de no trabajar en equipo no habría resultados, tendríamos que medir estos con la rigidez que caracteriza a los indicadores normativos y no con la flexibilidad con la que se simula estar cumpliendo sobradamente con los objetivos establecidos; pero tal vez este comentario esté ahora a destiempo, porque al parecer, la nueva Administración Federal basará las acciones en una filosofía totalmente contraria a la que se regía por procedimientos establecidos por organismos internacionales con mucha experiencia en salud y que lograron alcanzar un desarrollo sobresaliente en ese reglón.
Al parecer la no muy nueva filosofía institucional que se pretende impulsar, se basa en obtener resultados con prácticas sencillas, priorizando la buena fe y estimulando el buen comportamiento de todas las partes que intervienen en el proceso salud-enfermedad, pero, no se auguran tan buenos resultados porque se requiere, primero, de la reeducación social fundamentada en valores positivos, y que si bien es cierto, no es imposible, sí requerirá de un muy largo proceso para reinventar la cultura laboral nacional que hoy por hoy privilegia el menor esfuerzo.
Lamentablemente, lo que se podría estimar la última generación de profesionales de la salud, con plena consciencia del significado de la ética, está por entrar al catálogo de las “Especies en peligro de extinción”
Dios ampare a México y nos dé tiempo a los mexicanos para asimilar la nueva cultura laboral.
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