Cuando Andrés López se pronunció contra el embargo y sanciones por EE. UU., a Cuba y lo calificó de acción medieval, dijo parte de la verdad entre ideologías y duele condenar al hambre. “Podemos tener diferencias, pero no se le puede condenar a un pueblo al hambre, a la enfermedad”, dijo. Pese a su discurso de no injerencia en asuntos de otros países, pidió la suspensión del embargo estadounidense que calificó de “inhumano”.
México envió buques con insumos por asistencia humanitaria a Cuba, que además de las protestas vive su peor momento sanitario por la pandemia y crisis económica. López sentenció, no basta con votar cada año en la ONU en contra del bloqueo, esa postura política debe ser hechos y ayudar al pueblo de Cuba. Una actitud valiente, solidaria, humanitaria, para con quién, ¿para con el pueblo, con buques de ayuda o para apoyar a que el gobierno se sostenga en el poder, paliando hambre y muerte?
México envió un buque tanque con hidrocarburo a Cuba para abastecer de energía a hospitales. La crítica situación de Cuba se profundizó por el recorte del apoyo de Venezuela y continuo déficit de combustible. Cuba cubría su necesidad de petróleo gracias al acuerdo de Petrocaribe por el que Caracas lo suministraba en condición preferencial. Pero Venezuela enfrenta crisis por caída de producción de crudo y escasez de gasolina, y existen sanciones de EE. UU., a empresas que den petróleo de Venezuela a Cuba. ¿México será su aliado económico?
Se insiste en que la ayuda es reacción ideológica con la visión de López hacia la Revolución cubana y de cómo supuso era guía de la política de América Latina, algo que dejó de ser hace décadas. El director para América de Human Rights Watch, José Vivanco, señaló de infame que el régimen cubano reprima brutalmente a los manifestantes y el canciller Marcelo Ebrard, reciba a su homólogo cubano, Bruno Rodríguez, para expresarle solidaridad. López ataca la postura de EE. UU., y pide al presidente Biden que tome una decisión sobre el bloqueo económico a Cuba. Un llamado respetuoso, hay que separar lo político de lo humanitario, afirmó.
Atacó la política de Washington en el resto del continente y apeló a la sustitución de la Organización de Estados Americanos (OEA) con sede en Washington por un nuevo organismo “verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie”. “Es inaceptable la política de los últimos dos siglos caracterizada por invasiones, para poner o quitar gobernantes l antojo de EE. UU. Digamos adiós a las imposiciones, sanciones y bloqueos, declaró. Existe un caso especial, Cuba, que por más de medio siglo ha hecho valer su independencia, enfrentando políticamente a EE. UU. Por su lucha a favor de su soberanía el pueblo de Cuba merece el premio de la dignidad, sostuvo López. Cierto, EE. UU., “guardián del mundo” arregla gobiernos a su antojo, también es que los cubanos no son libres y al respecto no hay manifestaciones, protestas y quejas organizadas del mundo libre.