Hay días cortos, días largos, días felices y tristes, pero no hay días malos, los días son como cada quien quiere que sean, como nuestro ánimo lo permita que sean; si quieres tener un buen día, tu actitud debe ser buena, para ello debes de prepararte con anticipación, para que todo salga tan bien como tú deseas que sea, por eso, no te vayas a dormir por las noches cargado de pensamientos negativos; procura alejar los nubarrones que hacen que todo se vea gris, y vete a dormir pensando en lo afortunado que eres por haber tenido pequeños grandes momentos en tu día; no permitas al malhumor que le dé cabida a las malas vibras, empieza por reconocer que estas vivo y con buena salud física y atiende tu salud mental, porque esta última, resulta ser la causante de todo el malestar que te aqueja cuando le das cabida a los pensamientos tóxicos, que te roban la alegría y te ciegan, a tal grado que no te permite ver todo lo bueno que tienes en tu haber; por eso sonríe el más tiempo que puedas y súmale a tu dicha las miles de sonrisas que vienen de otras fuentes de energía como las de tu familia, tus amigos, compañeros de trabajo y de todas las personas que cruzaron en tu vida, para recordarte el valor de la sonrisa. Llénate siempre de buenas emociones, para que las malas sensaciones se vayan como llegaron y no echen raices en tu mente, como pensamientos desafortunados.
Nunca minimices el poder que tienes, mucho menos, la gran capacidad para demostrar que eres grande entre los grandes cuando debes serlo, y pequeño y humilde, para dar paso a la verdad que le asiste a los demás, cuando luchan por demostrar que también lo son, cuando sienten que no se les permite tener la razón para ser felices en toda ocasión.
Tú no eres una cosa, que no te paralice el temor de equivocarte, por el contrario, saca de ello todo el provecho, para poder empezar de nuevo, no te rindas, el fracaso es sólo una lección que te hace despertar a la realidad de lo que es mejor para ti. Enfoca tu atención en los detalles, por lo general te aportarán la solución de aquello que por la confusión asimilaste como un problema grande.
Busca siempre hacer el bien a los demás, porque con ello, obtendrás la solidez de los cimientos de lo que irás construyendo en la vida.
Hoy, mañana y siempre, serán los mejores días para ti, no permitas que nada cambie para mal, el buen rumbo de tu vida; recuerda que eres hijo de Dios y estas aquí para ser feliz.
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