Cuando faltan 13 días para la elección del 2 de junio, el Instituto Electoral de Tamaulipas hizo el segundo simulacro del Programa de Resultados Preliminares, esto es para que cualquier ciudadano pueda conocer los primeros resultados de la elección donde se renovará el poder legislativo en Tamaulipas.
Además de las consejeras del Ietam, que preside María de los Ángeles Quintero Rentería, asistieron los integrantes del comité técnico que operará el programa de resultados conocido como PREP. Los organismos electorales han mostrado confianza de que los electores quedarán satisfechos con los trabajos preparativos para la elección de este 2019, aunque con ellos únicamente se busca dar certidumbre a los votantes.
Nada tienen que ver las tareas de los consejeros con las campañas “sordas” de los participantes en los 22 distritos electorales, ni siquiera la fiscalización del Instituto Nacional Electoral, ya que los medios informativos han conservado un equilibrio en la difusión de los contendientes en cada región de esta entidad.
Sin embargo, es evidente la desactivación de programas sociales que en otros tiempos movilizaban a la masa urbana y rural. Quizá a ello se debe que los entes movilizadores se mantienen estáticos y no se advierte el desborde propio de las simpatías.
Pareciera que cada partido y candidato ha mostrado a medias sus capacidades de convocatoria. Habrá que esperar los resultados de esta semana, que será de cierres para los competidos en cada una de las 22 regiones electorales.
Lo que ha cobrado fuerza en las bases ciudadanas, sí así se le pudiera llamar a los entes movilizadores de otros tiempos, es la llegada oportuna de las becas Benito Juárez, que las familias que formaban parte del extinto progresa ven con agrado. Ante todo porque la entrega de estas no las implica en tareas secundarias, que en algunos casos distraía a mujeres y varones en trabajos partidistas y desatendían compromiso laborales con los que abrevaban recursos para la economía familiar.
Asimismo las vinculaban a tareas de salud matizadas de ejercicios velados con una pretensión de carácter electoral, eso es lo que revelan algunas de las madres de familia que participaban en el extinto Prospera.
En el renglón estudiantil, pareciera una ocurrencia nociva la idea de convertir las bibliotecas en laboratorios pedagógicos, pero el proyecto tiene un sustento que se justifica en que los estudiantes universitarios tamaulipecos, en esta caso de los alumnos de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, que realizan el servicio social, desarrollen talles de lectura con alumnos de educación básica.
Se pretende que los universitarios en su servicio social, desarrollen 10 talleres donde den cobertura a las 480 horas de servicio social y en esas tareas den uso a las bibliotecas, que se busca convertir en un laboratorio pedagógico, desde donde se fomentará la lectura, que es además una herramienta de evaluación en las escuelas de educación básica.
Y de esta manera la universidad tamaulipeca tendrá como referencia la estrategia nacional de lectura. Y para ello, el Rector José Andrés Suárez Fernández y Max Arriaga director general de bibliotecas de la secretaría de cultura firmaron un convenio de colaboración.
Hacía un uso sustancial de la biblioteca
Cuando faltan 13 días para la elección del 2 de junio, el Instituto Electoral de Tamaulipas hizo el segundo simulacro…