Una tarea que la autoridad ha desempeñado durante los últimos tres años en Tamaulipas en aras de pacificar la región, la procuraduría tamaulipeca ha consignado a a miles de presuntos responsables de acciones que alteran la paz social. Y que si bien las autoridades han dejado el protagonismo propio de las instancias judiciales, han logrado que los jueces apliquen sentencia ejemplares, que reclama desde año anteriores una sociedad en estado de indefensión.
Y es resultado de los trabajos de investigación que fiscales y agentes de la policía investigadora realizan en la mayoría de los 43 municipios tamaulipecos. Pudiera revirarse que es la naturaleza de la autoridad judicial que en las últimas décadas dejo de desempeñar, pero también es menester justificar los motivos complejos por los que la autoridad evito ejercer sus facultades.
Vale recordar que durante una de las ultimas administraciones estatales, el gobierno federal la calificó como fallida y hubo intentos que invocaban la caída del jefe del ejecutivo en esa época, como fue el ex gobernador Egidio Torre Cantú.
Lo que lleva a un análisis más allá de los que se visualiza en el ejercicio de los tres poderes estatales. Y aunque el objetivo de la autoridad federal fue en aquel tiempo desacreditar los poderes estatales, estuvo ausente la argumentación para que el Congreso de la Unión hiciera lo propio.
Por lo mismo, la reflexión, una palabreja de moda por las expresiones de Esteban Moctezuma, es que los poderes desaparecieron de factum por la ausencia de gobernanza. Y uno de los factores que en la historia de México ha propiciado ese estado es la actividad ilícita del trafico de estupefacientes y sus derivados.
Y ese fenómeno también se ha estado presente en las sociedades, donde lo mismo litiga un hijo contra un padre, que un alumno contra un maestro, un trabajador con el que le proporciona su salario.
El resultado final es la anarquía social que priva en las sociedades modernas, reacias a la autoridad civil y en parte a la autoridad militar. Y por ello se habla hoy de recuperar el tejido social y evitar hablar de la recuperación de la gobernanza.
Que se pierde cuando la autoridad se involucra en actividades nocivas a su cargo que deterioran más temprano que tarde la investidura y el respeto del gobernante. Es en parte la justificación por la que dos ex gobernadores enfrentan procesos serios judiciales.
Aunque hay quienes argumentan que sus procesos son un acto de venganza política lo cierto es que casi tres años sus equipos de litigio no han revertido los cargos en contra de sus clientes. Y la autoridad judicial lo mismo que las fiscalías han fincado nuevos delitos.
En este sentido, aunque los medios han mostrado cierta indiferencia al trabajo que desempeñan las fiscalías, estas han argumentado trabajos relevantes que han establecido récord en las sentencias obtenidas.
Un fenómeno que se observa en los procesos judiciales, es que de ser victimas de feminicidios, la mujeres figuran en un porcentaje relevante con autoras o coautoras de los delitos graves propios de esta época, como son el secuestro, la extorsión y en algunos casos el homicidio violeto.