No cabe duda que la desesperación en los grupos políticos afecta y severamente su capacidad de razonar y de actuar.
La guerra sucia ha arreciado en estos días donde no se permite propaganda electoral, sin embargo, a falta de una legislación o forma de control en las redes sociales, vemos publicado todo tipo de epítetos que hablan bien de uno y mal de otros, y así, poniéndole el color que usted prefiera.

Muchas cosas que leemos son verdaderas, otras, viles mentiras que se han encargado de fabricar aquellos que saben de la ignorancia promedio de nuestro pueblo querido, y aprovechan para confundirnos.

Somos de la idea de que a estas alturas la mayoría que decidirá el rumbo del país está segura del destino de su voto sin necesidad de que alguien, hoy o mañana nos haga cambiar de opinión. Es difícil, aunque no imposible, y esperamos que la forma en que trabajan estas personas no resulte positiva, porque nos merecemos ser respetados al menos en nuestro voto del próximo domingo 1 de julio, cuando México se ponga no de acuerdo sino en paz, eligiendo a alguien que, tenemos que entenderlo: no representará la voluntad de todos, sino la mayoría, y eso es muy importante.
El que gane otro candidato distinto al nuestro no quiere decir que nuestro voto no valga: en la democracia gana el que suma más que todos, así de sencillo, así que, si hay una abrumadora cantidad de votos de alguien en especial, pero otro tiene uno o dos más, hay que entender y respetar, aceptar y captar cual es la decisión mayoritaria.
Aquí es lo que decide la mayoría, no nuestros cuates. Esperemos se entienda.
Y los mensajes falsos que circulan por Messenger, Whats App y Facebook, pues sería interesante tratar de hacer caso omiso de ellos, porque lejos de ayudar, enrarecen el ambiente electoral de un México que requiere paz, que requiere soluciones a la enorme problemática que se acrecienta conforma pasa el tiempo, ante la nula respuesta oficial.

No tenemos por qué tomar las calles o agredir a los demás, tampoco vandalizar: eso debemos erradicarlo de nuestras acciones, porque a nada nos llevará. México, insistimos, merece un proceso en paz y armonía, y bueno, de los 4 candidatos a la presidencia, habrá tres que no ganen y un triunfador, por lo que invitamos a cuanta persona quiera vivir en paz a respetar la voluntad mayoritaria.

Lo que es muy importante es que, hay que entenderlo: no tenemos otra oportunidad ni una segunda vuelta, por lo que el voto tiene que ser muy reflexivo en todo momento, y tratar de pensar como país, no como nos convenga personalmente, ya que las acciones que nos han prometido y que, esperemos, se cumplan, serán tratando de beneficiar a una nación, un país.

Bueno, esa es la idea, porque estamos ya tan escamados que no sabemos hasta qué punto nos van a respetar y cumplir.
Pugnemos por un México tranquilo, donde todos salgamos contentos por participar, porque todos los que podamos contribuyamos a elegir un gobierno que realmente nos represente, y al que hay que exigirle mejorar la situación general de esta nación tan castigada, y al que hay que apoyar también, porque es muy bueno exigir sin hacer nada.
No son magos ninguno de los candidatos a ningún puesto, y requieren que los ciudadanos hagamos la parte que nos corresponde.

Insistimos otra vez en que tenemos que participar: hagamos valer nuestro derecho a elegir sin presiones y con responsabilidad, de forma que la elección sea producto de lo que la mayoría queremos.
Y los mensajes que nos inundan hoy en día, tomémoslos como lo que son: basura cibernética, trampa, chantaje, jugadas sucias.

Nuestro voto y nuestro país no merecen que sigamos la corriente a esos delincuentes, por eso, votemos tranquila y libremente por quien hayamos decidido, y los resultados nos darán o no la razón.

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