Los ecos de los resultados de la votación de la Revocación de Mandato, todavía suenan y resuenan en todos los rincones de la República Mexicana; se acepte o no…
Desde la “aristocracia” de la Cuarta Transformación, en Palacio Nacional, se toma como un rotundo triunfo los resultados del pasado domingo.
Desde las parcelas de la Oposición, donde está el “proletariado electoral”, el ejercicio de la Revocación de Mandato fue un exceso, una derrama económica que lacera las arcas y que ofende las carencias que arrastra el pueblo de México.
Las dos caras de la moneda, Palacio Nacional y Oposición, cuentan su verdad. Son ópticas que se contraponen; pero no se puede ocultar una realidad: los resultados de la Revocación de Mandato están ahí, al servicio de ambos lados, independientemente de sus ópticas, y dan un parámetro para que sepan realmente dónde están paradas ambas partes.
En Palacio Nacional se celebra, están de fiesta, calificando como un triunfo el haber recibido el apoyo del 91.86 por ciento de los 16 millones 805 mil 424 personas que acudieron a las urnas el pasado domingo.
Pero de esos que votaron: 15 millones 159 mil 323 votantes dieron su consentimiento para que el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR (AMLO) permanezca en un cargo que no ha perdido vigencia; cifra que tiene sus lecturas.
Es cierto, esos 15 millones no representan ni la mitad de los más de 33 millones de votos que LÓPEZ OBRADOR obtuvo en el 2018 para que rindiera protesta como Presidente de México.
De manera que, visto desde los anteojos de la Oposición, el Mandatario mexicano ya perdió más de la mitad de la fuerza electoral que lo llevó al Poder, aunque cabe señalar que si esos 15 millones de votos son “reales” es un “voto duro” nada despreciable de cara al 2024.
Ahora bien, una cosa es pregonar un triunfo, un resultado y otra cosa muy distinta la realidad de lo que esos más de 15 millones de votos representan; pues está documentado que hubo mucho acarreo, votos comprados y urnas “embarazadas”, porque quienes operaron las casillas fue gente de la Cuarta Transformación, ¿o no?
Es decir, en Palacio Nacional ya deben saber cuántos de esos 15.1 millones de votos son “orgánicos”, y no “botselectorales”; votos reales, pues y no producto del acarreo, cooptación o engaño, aunque de igual forma son “válidos”, porque fueron contabilizados.
El Jefe de la Cuarta Transformación sabe bien lo que pasó ese diez de abril para obtener ese resultado y debería preocuparse porque a pesar de los apoyos que ofrece su Gobierno, de la “facilidad” para llevar a su gente a votar, de los premios económicos y de las amenazas que hicieron con retirar apoyos si no iban a las urnas, el resultado no se parece en nada al del 2108, ni “ya de perdis” al del pasado seis de junio del 2021.
A pesar de que todo el aparato gubernamental del orden federal, incluidas las fuerzas armadas como la Secretaría de la Defensa Nacional y Guardia Nacional, participaron en la promoción del voto; algo “no cuajó”.
A pesar, también, de los miles de millones de pesos invertidos en la operación política, no deja de ser preocupante para Palacio Nacional que a más de 80 millones de votantes no les interesó participar en la Revocación de Mandato, ya sea por un rechazo silencioso, una apatía sistémica, andar de vacaciones o un desdén natural.
Pero permítame insistir. Esos 15.1 millones de votantes son un “voto duro” que tiene el Presidente, que tiene Morena y que los podrá hacer efectivos y acrecentarlos para este junio, en las entidades donde se juega la gubernatura, y para el 2024, independientemente de “haiga sido como haiga sido” el cómo se consiguieron…
En el caso de Tamaulipas, los números que ha obtenido el presidente ANDRÉS MANUEL LOPEZ OBRADOR, van a la baja: En 2018 alcanzó 786 mil 210 votos; el año pasado fueron 642 mil 596 votos y en este 2022, el pasado diez de abril, sólo logró 459 mil 874 votos, siendo que la “jugaba solo” …
Ojo. No se puede pasar por alto lo siguiente: el Movimiento de Regeneración Nacional, de la mano de sus aliados en el país, el Verde Ecologista y el Partido del Trabajo, como los más visibles, “le quedaron mal” al Presidente.
Aunque vale reconocer el “enorme esfuerzo” que realizaron, al comprar votos y acarrear personas a las urnas, al final no lograron que los números favorables al Presidente fueran por lo menos similares o cercanos a los obtenidos el seis de junio pasado.
En contraparte a Palacio Nacional, la Oposición en México tampoco canta mal las rancheras, pues tuvo la oportunidad de “sacar” al Presidente LÓPEZ OBRADOR del poder, pero “le tuvieron miedo”.
La Oposición en México, se trepó a “la fácil” y decidió “abstenerse” de participar; tal vez al ver los números que dan al presidente LÓPEZ OBRADOR una popularidad sin precedente en la historia reciente de México.
La Oposición sabía que no podría ganarle a LÓPEZ OBRADOR en este “juego de las vencidas”; por lo que de forma inteligente decidió no jugar para evitar perder.
Podrá la Oposición llamar triunfo a los casi 80 millones de ciudadanos que no acudieron a las urnas y está en su derecho; pero triunfo hubiera sido si esos 80 millones hubieran acudido a las urnas y votado porque LÓPEZ OBRADOR se fuera, impulsados por la Oposición; ¿o no…?
Palacio Nacional puede proclamarse ganador presumiendo sus números basados en “otros datos”; la Oposición también puede proclamarse ganadora, presumiendo el enorme número de abstenciones que hubo.
Pero vamos a ser francos, fuera de pasiones, fobias o filias; el verdadero y único perdedor fue el pueblo de México, a quien le quitaron mil 400 millones de pesos de sus impuestos para que Palacio Nacional y la Oposición jugaran al “juego de las vencidas” … Pendientes…
GRACIAS… Nos leemos hasta mañana
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