Vaya polémica se ha generado por la decisión de aprobar la permanencia del ejército en las calles por al menos cinco años más en nuestro país. Hoy mismo el pleno del senado discutirá el tema que ya fue aprobado en comisiones pero que muy probablemente quede trabado ante el pleno por las diferencias que existen entre senadores y sus líderes políticos.

La aprobación de esta reforma requiere de mayoría calificada, es decir, las dos terceras partes de los votos de los senadores presentes en la sesión de este miércoles lo que difícilmente se logrará. Los representantes del PAN en su totalidad han adelantado que votarán en contra, contrario a lo que han dicho los de MORENA que son quienes impulsan la iniciativa presentada por el PRI.

Es justamente este último partido político el que está dividido en opiniones pues, aunque fue una propuesta del Revolucionario, los escándalos de su líder nacional, Alejandro Moreno los ha dividido por completo, sobre todo ahí en la cámara alta.

Los militares salieron de sus cuarteles en el sexenio panista de Felipe Calderón, esa estrategia que fue denominada como la guerra frontal contra el narco y que muchos aplaudieron pero que otros criticaron, como AMLO, que ahora cambio de opinión.

Aterrizándolo en Tamaulipas, creo que, en ese entonces, allá por el 2010 cuando el infierno de la inseguridad se desató, fue más que necesario la presencia del ejército en las calles, no había policías estatales, los que había no eran confiables y no se vislumbraba otra manera de regresar la seguridad; de hecho esa propuesta fue una de las que llevó a Felipe Calderón a ganar popularidad entre la población de estados con serios problemas de violencia como lo era Tamaulipas. Fue así que Cabeza de Vaca llegó al poder hace seis años.

Hoy las cosas son distintas, afortunadamente ya no estamos en esos tiempos tremendos de violencia extrema, al menos no aquí, aunque siguen registrándose episodios de terror. Hay otras entidades en donde, por el contrario, la situación de violencia e inseguridad se ha complicado y por eso tendería que analizarse las necesidades, entidad por entidad.

Las policías estatales por su parte, capacitarse, actualizarse y no relajarse como lo han hecho en muchas entidades en donde avientan la responsabilidad a la federación y se cruzan de brazos… ahora vemos las consecuencias.

Se supone que ese era el requisito, mantener al ejercito en las calles un tiempo mientras se profesionalizaban los elementos estatales, elementos civiles, pero nadie hizo nada. Ahora quieren eternizar una propuesta que fue buena pero que tiene que evolucionar.

O ¿qué opina usted estimado lector? Leo sus comentarios en mis redes sociales.

Que Dios los bendiga, gracias.