La prudencia es una virtud que pocos poseen y más grave aún es que quienes dicen tenerla no la apliquen.
Y el escenario político no es una excepción.
Nutren el anecdotario tamaulipeco numerosas experiencias de ese tipo. Figuras rutilantes que se sintieron bordadas a mano y cayeron de un pedestal –o estuvieron a punto de caer– son ejemplos de que en el servicio público, uno de los rostros de la política, no es válido el viejo refrán que asienta “más vale pedir perdón que pedir permiso”. Para nada.
Algunos nombres de tamaulipecos ilustran esta reflexión.
De esa manera, quien después sería Gobernador de Tamaulipas, el doctor Emilio Martínez Manautou, por creerse antes de tiempo “tocado por el dedo divino” se quedó en el camino rumbo a la Presidencia de la República. Así, por no pedir permiso, se hundió en el olvido Manuel Garza González “El Meme” cuando ya tenía en la bolsa la candidatura del PRI a Gobernador del Estado, para favorecer a Américo Villarreal Guerra. En forma parecida, por tomar en forma anticipada brillos prestados, estuvo a punto de ser hecho a un lado Eugenio Hernández Flores en su aspiración de ser inquilino del 15 Juárez, a manos de Tomás Yarrington Ruvalcaba.
¿A qué viene recordar todo esto?
Semejantes circunstancias, toda proporción guardada con los ejemplos antes señalados, parecen haber causado la salida de Luis Sottil Cicero del Instituto Tamaulipeco de la Cultura y las Artes, el sexto funcionario del actual gabinete estatal en hacer sus maletas.
Su primer desliz conocido –haber sido juez y parte para representar al Estado en una galería internacional– fue aparentemente perdonado, pero el segundo, prácticamente auto nombrarse “Artista Tamaulipeco del Año”, podría haber derramado –es una simple suposición– el vaso de la tolerancia y verse así obligado a despedirse “por motivos personales”.
Todo esto son especulaciones, producto tal vez de otro desvarío de su servidor. Vaya usted a saber, aunque me permite formular un buen deseo:
Ojalá le siga sonriendo la vida a Luis Sottil.
Queda claro que no necesita los reflectores del ITCA para brillar en su terreno donde ha ganado merecida fama y prestigio, pero lo que sí parece requerir y lo confirma esta valiosa experiencia, es una dosis de prudencia…
BENEFICIOS EN DOS VÍAS
Se llama sentido común.
Ese factor, que algunos dicen que es el menos común de los sentidos, parece haberse impuesto en el espinoso tema de los vehículos extranjeros introducidos en forma ilegal al país, en este caso, en Tamaulipas.
Cuando parecía que la sangre llegaría al río en el intento de control sobre los llamados “chocolates”, se dio a conocer que el gobierno estatal –léase Subsecretaría de Ingresos de la Secretaría de Finanzas– trabajará de la mano con las organizaciones que manejan cientos de miles de automóviles de ese tipo, para incorporar a éstas en el trámite de engomados y aseguramientos de las unidades mencionadas.
Es una decisión afortunada. En dos vías.
La primera y más importante es que dejará dormir a un centenar de miles de dueños de esos vehículos que veían amenazado su patrimonio, muchas veces alcanzado a costa de grandes sacrificios de la economía hogareña.
La otra es menos noble. Todo indica que la alguien se dio cuenta de que la aplicación a rajatabla de ese control radical de los también llamados “chuecos”, podría significar la pérdida de muchos, muchísimos votos.
Algunas veces, los intereses electorales de los partidos en el poder dejan uno que otro beneficio…
LA FRASE DEL DÍA
“La política es el arte de obtener el dinero de los ricos y el voto de los pobres con el pretexto de proteger a los unos de los otros…”
Anónimo
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