Es vital una agricultura dinámica para intercambio funcional con la ciudad. La prosperidad acumula capital en el sector, abastece las ciudades en bienes de consumo e insumos industriales, y la migración de la población rural al sector industrial urbano. Esto fue el “milagro mexicano”.
Esta relación la modificó la globalización pues el crecimiento industrial no depende de prosperidad agrícola. La automatización de la producción mejora la renta del capital y abate fuentes de empleo que exige el crecimiento demográfico y cuanto mayor aumenta, mayor número de empleo se requiere. El milagro de 1950 a 1970 encontró su fin. Su competitividad fue insuficiente ante la globalización pues 70% de los productores eran dueños de pequeña extensión que no permite vender, los grandes productores son dueños de gran extensión, lo que provoca que 30% de productores se enriquece y 70% sobrevive y requiere apoyo del gobierno, de ahí que es vital los programas de apoyo.
Hace 30 años la superficie a cultivar se estabilizó en 21 millones de hectáreas. La superficie para cereales disminuye a partir de 1985 por reducción de arroz y trigo (menos de 200 mil hectáreas), el maíz se mantiene en 7.5 millones de hectáreas; los forrajes se duplican (2.5 a 5.9 millones de hectáreas), reflejando el crecimiento de la ganadería con praderas (1 millón de hectáreas en 15 años) La ganadería lechera, cultivo intensivo de pastizal y frutales crecen 62% (839 mil a 1 millón 360 mil hectáreas); hortalizas en 50% (320 mil a 620 mil hectáreas) por su precio internacional.
En 25 años, el rendimiento del maíz pasó de 1.8 a 3 toneladas por hectárea; el de jitomate, de 19 a 32 toneladas. Desde la década de los 80s se ensancha la brecha productiva entre productores menos y más eficientes. En 1980, en maíz la máxima variación entre temporal y riego era de 2.7, hoy es de 12. En jitomate, la máxima diferencia se encontraba en Oaxaca (11 toneladas) y Sinaloa (25) Las empresas menos eficientes producen 10 toneladas de jitomate, en campo logran 80 y 300 en invernadero.
La agricultura es dinámica por valor de su exportación con 86%. Destacan las hortalizas con 30% de la exportación y las frutas, 17%. En 1992 había 3.8 millones de hogares agropecuarios, en 2004 hay 2.4 millones, se perdió 1.4 millones de hogares. En 1970, 55% de las unidades de producción eran de infra subsistencia y complementaban su ingreso con actividad fuera del predio. En 1992, 45% de los hogares agropecuarios estaban debajo de la línea de indigencia y 25% debajo de la línea de pobreza. La mayoría de los productores son minifundistas con escasa producción que no les permite vivir. El hogar agropecuario es pluriactivo, 90% en 1992; 98% en 2004. Debido a que del ingreso total, el de la agricultura cae de 49% en 1992 a 31% en 2004, crecen ingreso salarial (20 y 29%), por negocio propio (6 y 10%), y remesas (3 y 6%) En 1992, 23% de los hogares poseía negocio propio que le daba 6% de su ingreso; en 2004, era 30% de los hogares con 10% de su ingreso. Los negocios recurrentes son talleres artesanales, comercios, prestación de servicio y procesamiento de materias primas.
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Esfuerzo en el campo
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